2003-01-14 17:51
No se ha escuchado demasiado en casi ningún medio de comunicación, y mucho menos por aquí por la blogosfera, pero resulta
de que
un estudio británico ha encontrado que el uso de Internet en el cole no mejora los resultados de los estudiantes (hace falta registro para este artículo, pero se refiere a
este estudio; en
este otro artículo, accesible libremente, hay un pequeño comentario). La situación en la Universidad no es mucho mejor: según
este artículo del NYTimes (registro gratis y todo eso), a los profesores de las universidades americanas, especialmente aquellas que tienen redes inalámbricas, les resulta cada vez más complicado mantener la atención de los estudiantes; dicen que antes, cuando se usaba el portátil en clase, la gente a veces perdía el tiempo jugando al buscaminas o al solitario, pero ahora directamente se ponen a ver pelis o a vacilar con el IRC o con la mensajería instantánea.
Aquí todavía no se ha llegado tan lejos: no hay internet en todas las clases, y en la universidad el acceso a internet se reduce a las clases de prácticas. Sin embargo, mi experiencia me dice que mucha gente se toma el par de horas de prácticas como un par de horas en el cibercafé, resuelven el par de dudas que se les planteen con el profe, y luego hacen la práctica en su casa tranquilamente cuando no tengan nada mejor que hacer. De hecho, en una clase hace años, había un par de alumnos que se tiraban las dos horas de clase sin parar enganchados al IRC. Incluso algunos veteranos de la internet, como Clifford Stoll, han criticado su uso en la enseñanza; en su libro
Silicon Snake Oil la pone directamente de chupa de dómine.
Así, pues, ¿los ordenadores en clase son buenos o malos? Hombre, no voy a decir que no se usen ordenadores en las clases de práctica de informática, que ya sería pasarme, pero el hecho es que usar ordenadores en las clases presenciales, normales, disminuye el rendimiento, como ha probado ese estudio inglés, y por lo tanto, habría que concluir que, cuantos menos ordenadores en clase, mejor.
Pero lo cierto es que la cuestión se puede enfocar desde otro punto de vista. Existe una cierta impedancia entre los ordenadores y los resultados académicos, pero ¿se debe a los ordenadores en sí y a la Internet, o bien a la forma de evaluar los resultados? Por ejemplo, yo recuerdo mis clases de Historia en el instituto, donde tenía un excelente profesor, pero había que memorizar folios y folios de nombre, fechas, direcciones, datos. La mayoría los he olvidado, pero todos ellos están a la distancia de un google. ¿Cómo podemos evaluar pues los conocimientos de historia si dejamos de lado la memoria? Y no solo pasa con la historia: la mayoría de las asignaturas se tienen que reformular a la vista de la posibilidad de acceder fácilmente a la información.
Sin embargo, hay otras cosas que se pueden evaluar, pero que son transversales a las asignaturas que se dan actualmente: la capacidad de síntesis, la iniciativa, el trabajo en equipo, la empatía, la creatividad, la capacidad de deducción, la apreciación del arte, y otra serie de cosas, algunas de las cuales se pueden aprender, o mejorar, y otras que son innatas; es cuestión, por tanto, de encontrar en cuáles de estas dimensiones los niños o las personas son mejores, y no dar simplemente una nota, como la Selectividad o el A-level, sino un vector de varias dimensiones que indiquen en qué punto de la noosfera se puede mover mejor el pupilo.
En cuanto al uso de ordenadores en clase, también habría que plantearse lo mismo: para qué vas a escuchar a una persona contarte el derecho romano durante una hora, cuando en 10 minutos puedes bajarte algún resumen hecho por alguien probablemente más entretenido, y aprendértelo. El propio concepto de las clases presenciales tipo magistral tendrá que revisarse a medio plazo.
En resumen, creo que no es cuestión de silenciar este informe, sino analizarlo de forma crítica, y ver con una nueva luz tanto el uso de los ordenadores en la enseñanza como la enseñanza en sí.