2007-04-04 13:05
Lo curioso de recolectores de líneas de estado como
Twitter o las de GTalk es lo inmediatamente que se convierten en vehículos para la conversación. No sé si sucederá así en todas las culturas, pero ahora mismo son lo más parecido a un chat: son como mensajes enviados a un pequeño grupo conocido, y que ese grupo contesta. Rara vez, aunque también sucede, son una pancarta enganchada a un pedestal que dice "Hey, aquí estoy, soy el más chachi". Son más
humanos.
Eso da también lugar a una realidad fragmentada: tus amigos no son mis amigos, y aunque la transitividad en las relaciones suele ser alta (por eso estamos en un
Mundo Pequeño) siempre se encuentra uno con contestaciones a preguntas que desconoce, o bromas privadas que no entiende, ni falta que le hace a uno.
Quizás esta percepción de una realidad fragmentada sirva también como estímulo para conocer más gente, añadirse más gente, y siempre como
teaser para abandonar el pedestal de la línea de estado y bajarse a la calle a chatear-charlar con quien conoce todos los fragmentos de esa realidad que se te escapa.
El medio es el mensaje, y
aunque twitter no es ya lo que era, lo cierto es que el mejor espejo del mundo pequeño en que vivimos.