2003-01-21 11:14
Deshumanización es ese tipo de palabras que significan algo diferente dependiendo de quien la use. Así que acudamos a las fuentes: según el
Merriam Webster (que lo tengo bien a mano aquí en mi
Galeon) significa "privación de cualidades humanas, personalidad o espíritu". Según el DRAE, como siempre sin meterse en muchos líos, deshumanizar es
privar de caracteres humanos, lo cual nos deja con las ganas de saber qué es ser humano.
Más o menos, sin embargo, tenemos una cierta idea de lo que es, así que la siguiente pregunta es: ¿Cómo puede la tecnología deshumanizar? (o sea, privarnos de las cualidades humanas). Es difícil ver como puede suceder esto, puesto que la tecnología (igual que el arte) es una creación, es una creación humana. Se puede deshumanizar a la tecnología, quitándola de todo tipo de cualidad humana, pero la tecnología no puede deshumanizar, ¿no?
Sin embargo, da la impresión de que es así. A través del uso de artefactos, como coches, teléfonos móviles y ordenadores (y tijeras y aspiradoras y pinzas para la ropa), parece que somos menos humanos, parece que nuestra personalidad se diluye y se nos encoge el espíritu (a la vez que engordamos). Las corporaciones deshumanizan, la globalización deshumaniza, y el propio arte deshumaniza (o está deshumanizado, como ya digo Ortega y Gasset en el año 25). Pero no es la tecnología la que deshumaniza, sino las propias personas a través de la tecnología. Uno se siente muy poco humano cuando se pone con una línea de esas de apoyo al cliente, y tiene que ir pulsando numeritos, o diciendo cosas y recibiendo respuestas automatizadas, pero ha tenido que ser una persona la que tome la decisión de crear ese sistema, otra persona la que programa, y otra persona la que le de la papeleta de despido a la telefonista que lo hacía antes. Ante decisiones arbitrarias tomadas por una gran empresa o un gobierno, uno se siente desprovisto de personalidad y se convierte en un número, pero es una persona la que te cuenta "Lo siento, el ordenador nos dice que no podemos concederle un crédito".
Como siempre, todo esto tiene solución; a las líneas de soporte automatizadas se les puede pedir que te pongan con un operador "humano", humanizándolas; uno puede elegir gobiernos (al menos, en muchos países todavía se puede) y elegir qué empresas le proporcionan servicios; uno mismo, en su vida diaria, puede optar por la opción más humana (por ejemplo, comprar en una tienda de barrio en vez de en una gran superficie, o hablar en persona en vez de por teléfono o a través del correo electrónico). O puede optar también por hacer como los Amish, que rechazan toda tecnología que no haya sido previamente revisada y aprobada por el consejo de ancianos. O usar toda la tecnología que tenga uno a su alcance, pero no perder de vista que la tecnología debe acercarnos a otros humanos, no alejarnos de ellos.