2003-01-22 07:59
No sé si los lectores habituales de este sitio se habrán dado cuenta de que, a la chita callando, ha desaparecido el pequeño banner de texto que había a la izquierda: AdFarm, la empresa que lo administraba, ha quebrado; no habrá sido por culpa mía, porque había acumulado la cantidad total de un centavo de dólar por todos los banners que había puesto hasta el momento.
Lo cual me lleva otra vez no a preocuparme ni a inquietarme, sino simplemente a cuestionarme la viabilidad económica de las bitácoras. No es que me preocupe, porque no creo que se vaya a vivir de ello, pero el problema con las bitácoras es que, cuando llegan a una masa crítica determinada, empiezan a necesitar dinero; por lo tanto, no es cuestión de forrarse con ellas, pero tampoco de que cuesten dinero.
El tema de la viabilidad económica ya se ha tratado muchas veces por aquí: por ejemplo,
jcantero habla de ello, pero también cuestiona las posibles dependencias de los blogalitas de sus anunciantes;
fernand0 ha hablado de ello varias veces; la última de ellas refiriéndose a los (fenecidos) banners de texto; a través de
hiperpespacio he encontrado enlaces a
estos dos artículos (Blogonomics), donde mencionan los bloggers de pago y la publicidad como medio de ingreso.
Todo eso está muy bien, pero no le veo futuro en este país. Bitacorear aquí se basa en otro tipo de economía, la economía de la atención; uno "invierte" escribiendo historias en su propia bitácora, y comentarios en la de otros, y "recibe intereses" con respuestas a su propia bitácora y a sus comentarios. En un mundo ideal, donde hubiera millones de lectores, quizás parte de esas visitas se pudieran convertir en euros, pero en el mundo real, esa es la economía que hay.
Ahora, la única alternativa que hay (y que, al parecer, está funcionando, claro, en los EE UU) es convertirse en
e-pedigüeño y que alguien nos dé pa tabaco (pa los que fumen). Ni siquiera cabe pensar escribir un libro a partir de la bitácora y cobrar por ello, porque, para empezar, nadie lo compraría, y, para seguir, la bitácora, incluso las personales, es algo colaborativo, entre el que escribe y el que contesta; las historias, por sí solas, no tienen mucho sentido, y vender un libro con las historias más los comentarios sería inmoral.
En fin, que el panorama está algo negro, a pesar de
mis predicciones (en concreto la séptima). Pero le quedan 11 meses al año, así que no desespero.