2007-05-22 20:52
Érase que se era, hace muchísimo tiempo, cuando las sandalias eran obligatorias y las maquinillas de afeitar todavía eran de una sola hoja (si acaso), surgió un comité que decidió crear los mejores mandamientos de la historia. Porque mandamientos ya había, de todos tipos y colores, mandamientos que prohibían, permitían, y dejaban según y como y qué día de la semana. Pero, ¿eran los mejores?
Pues no, porque la gente andaba muy descontenta con ellos, y se los iban dejando pro ahí, y luego estaban todo el día diciendo ¿dónde andarán estos mandamientos? Así que un comité de sabios fue elegido, que era como en aquella época se decía "les cayó el marrón", para decidir los mejores mandamientos de la historia del mundo mundial.
Así que se encontraron, de buenas a primeras, con más de 400 mandamientos. 401 para ser exactos, pero es que en aquella época, a exagerar no les ganaba nadie. Como cuestión de orden, uno de los sabios, el que tenía los dedos gordos del pie más gordos y era por tanto el más respetado, dijo que la mejor forma de proceder era tomar todos los mandamientos por parejas, e ir decidiendo cuál de cada pareja era mejor. Luego harían lo mismo con los que quedaran. A este procedimiento filosófico lo llamaron en arameo "championslig", que viene a significar en lengua moderna "cosa eterna y que dura mucho y que siempre gana el Liverpool a los penalties"
Estuvieron aproximadamente 401 horas discutiendo la cuestión de orden, y decidieron proceder de otra forma por el método expeditivo de cortarle los dedos gordos de los pies al sabio susodicho y la pérdida de respeto correspondiente. La forma fue la siguiente: todos los habitantes del mundo mandarían un TMT (tam tam) con tantos golpes como el número de mandamiento que eligieran. Si oían um TMT consistente de tam, sería el primer mandamiento el elegido. Si era tam y luego tam, el segundo. Si eran 399 tams, el trigésimo cuarto (en realidad, en la antigüedad sólo sabían contar hasta 34).
¡Albricias y pan de Madagascar! Todos los antiguos se congratularon, bailaron, hicieron libaciones y sacrificaron 401 zorzales. Y esperaron que los TMTs llegaran.
La compañía fabricante de tams tams se frotaba las manos. En realidad, al décimo tam habría que cambiar de tam tam, porque sólo estaban garantizados para tan exiguo número. Por eso en la antigüedad se comunicaban poco, y eran más bien bestias.
Pero su gozo fue cayó en un pozo. Junto con muchos tams tams. En realidad, ganaron los mandamientos 11 al 20, porque los ricos y desocupados decidieron apoyarlos, y eran los únicos que podían permitirse tener 2 tams tams. También tres, pero tampoco había que caer en tanto dispendio. De camino, fue elegido el primero, así que por este expeditivo y sabio procedimiento se eligieron los 11 mandamientos más chanchis del mundo mundial, y todo el mundo siguió haciendo mayormente lo que le vino en gana.