2007-06-14 23:48
No me podía yo imaginar que en un sitio donde llueve dos veces al día incluso en fiestas de guardar hubiera un botellón como el que
Antonio me enseñó en la plaza Chatellain. Que está cerca de la estación Horta del premetro (un metro que no ha hecho la selectividad), y no cerca de la parada Horta de tranvía. Que son dos cosas diferentes. Pero nada que no se pueda solucionar con los sistemas de telecomunicaciones modernos. Allí descubrí que uno, en Europa se hace botellón, y dos, que la cerveza Jupiler da unas resacas mu malas. Y que
Antonio conoce a todo tipo de
gente estupenda, y que
como dice Barney en "Como conocía a vuestra madre", las mujeres libanesas son muy guapas (o al menos las camareras del libanés) y que se puede estar lejos de casa y todavía pasarlo bien. Y que los tranvías o premetros o como diablos se llamen los condenaos son eficientes, aunque tienen aproximadamente mi edad.
Hoy ha caido la lluvia del siglo, según el susodicho Antonio, lo que tiene unos efectos definitivamente perniciosos en la conectividad. En la
BBC están diciendo que también va a llover en Inglaterra, y a base de bien. Y hoy ha acabado el trabajo, así que mañana se presenta una jornada de ocio, en la que posiblemente iré a ver a
Brueghel al Museo de Arte Antiguo y Moderno. Y a otra cosa, mariposa.