Atalaya: desde la tela de araña

2007-06-26 08:45 Uno de los principios que nunca se pone en duda es el carácter territorial del voto: uno vota donde vive, y elige a alcalde, consejero, o lo que corresponda. La hipótesis es que la base del poder de los representantes también es territorial, es decir, sus acciones están relacionadas con el territorio que las ha votado.
No siempre es así, ojo. En algunos paises se votan listas nacionales, y en otros, como en los USA, hay primarias de base partidista donde se vota a los representantes del partido que luego se votarán a nivel nacional. En esas primarias no hace falta estar afiliado al partido, sino simplemente estar registrado como votante del mismo.
En general, sería deseable que uno tuviera influencia sobre los representantes que tomarán decisiones que le van a afectar; o directamente que tuviera influencia en esas decisiones. Por eso, en las municipales es donde se dan las situaciones mas paradójicas. Por ejemplo, que uno vote en su ciudad natal, en vez de en la ciudad en la que vive. Que una pareja que tenga residencia de fin de semana, uno vote en donde está esa residencia, y otro donde se está de lunes a jueves. O que en una ciudad de vacaciones vote el 10% de la población flotante.
Se puede argumentar todo tipo de de razones: que los que tienen más derecho a decidir el futuro son los que se tiran todo el año en un sitio; pero el hecho es que muchas personas reparten sus impuestos en tres o cuatro ciudades diferentes, pero sólo pueden votar en una.
No sé muy bien a dónde quiero llegar con esto, salvo al hecho de que lo central en política son los asuntos, no los representantes. A mi, por ejemplo, me puede traer sin cuidado quién sea un ministro de agricultura, porque lo que va a decidir sólo me va a afectar en segundo o tercer orden, pero si me preocupa quién pueda ser ministra de educación. La cuestión es que hoy en día sería mucho más fácil organizar un gobierno de esa forma, es decir, a lo largo de asuntos y personas interesadas en los mismos, que a lo largo de partidos y territorios.