2007-12-10 20:27
La verdad, desde el principio en el campo de
Rafael Payá hemos intentado hacer una campaña en positivo, sin ataques, presentando nuestras ideas, nuestro programa, y la visión que tenemos de la universidad.
No creo que nos hayamos equivocado, la verdad. Si un candidato quiere convertirse en rector, y no ser un eterno candidato, tiene que elaborar un programa creible y viable, no ir cogiendo cosas de aquí y alla, y, una vez acabada la primera vuelta,
incorporar propuestas al programa, sin hacerle ni puñetero caso a los que le han votado en la primera vuelta (en base al programa, se supone, ¿no?), ni a las personas que se suponen que han participado en la elaboración del mismo.
Porque al final, se trata de prometer lo que puedas cumplir; a no ser que lo único que puedas prometer es vicerrectorados (y completos,
no sólo el vicerrector, sino el equipo completo):
"Pedimos total claridad. Queremos que se asimile el área completa, con todo el equipo y todas las garantías", explicaron a Granada Hoy asegurando que la posibilidad de pacto está en estos momentos tan abierta para Lodeiro como para Payá.
Lo que está claro es que hay un número finito de vicerrectordos, de secretariados, subsecretariados, direcciones generales, y demás sinecuras. Y que ese número es menor en, al menos, dos órdenes de magnitud que el número de votantes. Y que, mientras que algunos se quedarán con los vicerrectorados, el resto se quedarán con la universidad generada por esos compromisos, esos votos vendidos al peso.
De lo que se trata, creo yo, es votar al candidato que tenga un programa más creible, que sea más creible como rector. Para eso están, por ejemplo, los tres debates que va a haber esta noche en todas las cadenas granadinas;
el último, el Tele Ideal.