2007-12-17 16:42
Habla pricipalmente de la importancia de la reflexión en el campo de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, algunas empresas confunden su interés con el interés de la ciudadanía. También habla de la importancia del reconocimiento de la diversidad, especialmente en el lenguaje.
La ley de Igualdad que acaba de aprobarse incluye un apartado relacionado con la sociedad de la información; en él hay un que le gusta y que dice que "en los proyectos sufragados por dinero público, se garantizará que su lenguaje y contenidos sean no sexistas".
Por ley, tendría que tener absoluto cuidado en que las representaciones y el lenguaje sean no sexistas. Hoy en día las páginas webs, por ejemplo, en telecentros, son señores, que se podría cambiar fácilmente, lo que implica una limitación en el pensamiento de quién se puede acercar a este tipo de telecentros.
En cuanto al software libre está permitiendo la inclusión y la igualdad; por ejemplo, usando Moodle se vio que las herramientas están en masculino singular, pero se puede modificar fácilmente y ponerlo a disposición de todo el mundo.
En la cumbre de la sociedad de la información, el derecho a la ciudadanía quedó bastante excluido. Y no sólo están adoptando soluciones que procedan de Europa, sino que tienen las suyas propias, como Hipatia conocimiento libre. Se está trabajando con la inclusión de movimientos indígenas y sus lenguas, pero aquí hay pocas ONGs que trabajen con acceso a la información.
Se habla cada vez más veces de libertad de expresión, pero está en manos de corporaciones mediáticas que no representan a la ciudadanía. Las nuevas tecnologías ayudan en ese derecho precisamente, en espacios como Mujeres en Red (o
Entre Todas, supongo).
Aunque se piense que la libertad de expresión es del año pasado, o corresponde solo a los periodistas frente a sus empresas, pero no es así, es necesario establecer un marco que defienda los derechos de la ciudadanía.
Volviendo a la paridad, es importante de que exista en la sociedad de información y conocimiento libre modelos de mujeres que no sean hombre anglosajón de treintaypico años. Aparte, la conexión a banda ancha debería ser un derecho universal y todo el territorio del Estado Español debería tener conexión, y habría que plantearse para qué. Aunque a nivel de conectividad hombres y mujeres se van igualando, hay una segunda brecha digital de género en la intención que se tiene al conectarse; también en el diseño de los servicios y para quién se están conectando.
Termina con una pregunta: se va a crear una plataforma ciudadana por el software y conocimiento libre para una sociedad más justa; aparte de la libertad, es importante hablar de justicia. Es importante que se empiecen a canalizar las voces de la ciudadanía, que tienen mucho que decir.
Es una preocupación también para ella, y le llama la atención como en el mundo del software libre los trabajos que se están realizando no tienen que ver con el desarrollo del código, pero habría que reflexionar sobre las pirámides de poder y sobre la capacidad política de llenar las escuelas de ordenadores que funcionan con software libre es fundamental una autocrítica sobre el tema.