2008-02-22 10:34
El
lanzamiento ayer de la séptima entrega de Harry Potter en español trató de imitar el lanzamiento mundial de la misma, hace ya unos cuantos meses. Es decir, acuerdos de confidencialidad, nadie puede venderlo antes de la hora prevista, y, por supuesto, crear mucha expectación.
Lo que ocurre es que mientras el lanzamiento mundial podía tener cierta justificación (para que la gente no supiera el final antes de tiempo y le
estropearan la lectura), a estas alturas carece absolutamente de sentido. Para empezar, hay millones de personas en el mundo que ya han contado
como empieza, como acaba, y lo que ocurre enmedio. Y para seguir, ya hay traducciones extraoficiales al español circulando por la red, y si es uno un poco espabilado, podrá conseguirlas rápidamente.
Eso no quita que vaya a ser un éxito de ventas; si te has leido los otros seis, no puedes dejar de leerte este último. Pero si lo va a ser, no va a ser por esos curiosos encantamientos que han hecho que el lanzamiento rodeado de contratos de no anticipación y de confidencialidad, sino, simplemente, porque es el 7º de la serie. Es decir, como en la serie: los encantamientos consiguen el efecto deseado, pero por razones totalmente diferentes.