2008-02-27 18:54
Las
agencias de viaje tradicionales se enfrentan al desafío crecientede la reserva y organización de viajes por Internet. Lo que antes requería una cola y un buen rato en una agencia de viajes, ahora se resuelve con unos cuantos clicks en sitios como
Expedia (donde hemos reservado nuestro próximo
viaje a Roma de forma rápida, económica y eficiente).
La internet te proporciona el viaje. Pero a partir de ahí, como en los horarios de los viajes organizados,
visita libre a su destino. Eso puede significar desayunos hasta las 12 de la mañana decidiendo si se va uno a las catacumbas o de shopping por Via Veneto, o sesiones alargadas hasta las 12 de la noche del día antes del viaje buscando por Internet rutas, o leyéndose la Lonely Planet correspondiente para diseñarlas.
En todo caso, mucho curre; y donde hay curre supongo que hay oportunidad. Como a Phileas Fogg, siempre viene bien un
mayordomo como Passepartout que te organice horarios, te busque restaurantes adecuados y en la zona donde vayas a encontrarte, y, en definitiva, te personalice el viaje para que puedas hacer lo máximo en la mínima cantidad de tiempo. Tampoco es que sea difícil: desde
Google Maps se puede hacer casi todo. Quizás
redes sociales como Dopplr te puedan echar una mano (aunque no tengo muy claro como), pero, al final, hace falta una persona que se ponga y lo haga. Eventualmente, las agencias de viaje físicas, las que queden, supongo que irán por ahí. Telefonazo, email, o visita a oficina, y por un módico precio adicional te ahorras un montón de gestiones. Claro que para eso no hace falta ni la visita, basta con que te cuenten un poco de qué van, cuánto se está dispuesto a andar, si hay chaveas o no, esas cosas.. Una vez más, la
killer app de la internet acaba siendo la gente, los asistentes personales.