2008-03-15 10:39
Visitar un país es un baremo económico como otro cualquiera para saber si va bien o no. Sobre todo si ejerces la paisología comparada: ¿va mejor o peor que la última vez que estuviste allí? ¿Va mejor o peor que tu propio país?
Lo cierto es que ellos tienen la percepción de que España va mejor. Los taxistas te lo dicen: La Spagna va bene. Y la impresión que da es precisamente esa. Roma te recuerda continuamente esas películas de los años 60, con las vespas, los carabinieri y la gente chupando helados. Será que lo tenemos grabado en la retina, o será que realmente, da impresión de pobreza. Pasear por el centro es ver desconchones, ropa tendida en las ventanas, y Fiats Cinquecento aparcados en cualquier sitio.
Las tiendas de ropa a 5 euros abundan, y lo más curioso es que no son de chinos, sino de ciudadanos locales. Hay tenderetes en cada acera que los admita, y la comida es más barata que en Granada. Si, más barata.
Pero al final, cada pais forja su propio destino. A base de una inestabilidad gubernamental perenne, solo rota en el periodo Berlusconi (que posiblemente vuelva dentro de un mes, según el mismo taxista), Italia ha logrado que su pais pase de ser del grupo de los nueve a uno más del grupo de los
PIIGS. O quizás su gran logro ha sido conseguir ser las dos cosas a la vez, porque eventualmente, un país no va ni bien ni mal, sino exactamente como quiere ir.