2003-03-05 00:59
Hoy, aunque sea fuera de fecha, nos ponemos el gorro de guru para hablar del futuro de la industria. Viene a cuento de
esta encuesta que se está haciendo en barrapunto sobre las nuevas adquisiones de la industria informática (bueno, y multimedia, si incluimos Disney). Los votantes están convencidos de que Lavabos Yturriaga, prestigiosa empresa del ramo de los sanitarios, adquirirá Terra, de que Disney adquirirá los derechos de Naranjito para su próxima película (y secuelas: Naranjito II, Naranjito Does Las Vegas, y Setenta Veces Siete Naranjitos), y que además, Microsoft adquirirá el resto de las empresas informáticas del mundo (supongo que incluyendo Lavabos Yturriaga (y es que parece que nadie recuerda este grupo que marcó un hito en la historia del pop español)).
Todos conocemos la fiabilidad de las encuestas en la Web, y tampoco es cuestión de darle a esto calidad de oráculo, pero si parecen ciertas un par de cosas: la gente está convencida de que Microsoft partirá la pana, al menos durante un tiempo, y que Terra dormirá el sueño de los justos, después de haber perdido cientos de millones de euros. Con esto último no puedo estar más de acuerdo, pero no estoy tan seguro de que Microsoft vaya por buen camino.
Me fijo, por ejemplo
en este artículo (visto en
Slashdot, no te enfades,
fernand0), donde hablan de cuáles son las perspectivas de futuro de Microsoft. Las de presente están ahí; acaba de hacer un split de sus acciones (dividir cada acción en dos, para rebajar su precio), ha repartido dividendos (dicen las malas lenguas que para darle una pasta por lo bajini a Bill Gates, que es el que tiene más acciones), y no para de anunciar productos nuevos:
Three Degrees, un producto de mensajería
enfocado a los jóvenes (sea lo que sea eso),
una herramienta de recursos humanos llamada HRM Self-Service Suite, y ya empieza a anunciar cuál será la siguiente versión de su sistema operativo. En fin, que los muchachos no paran. Sin embargo, también es cierto que la única división que gana pasta es la de sistemas operativos y la de Office, con unos márgenes que se calificarían de escandalosos hasta por el cártel de Medellín: 80% y cosas así. La división XBox pierde una pasta, la de móviles no da una, en los servidores le come el terreno Sun, IBM, e incluso Linux. Sus
acciones no paran de bajar (han estado más bajas, eso sí); parte de esta bajada se debe a que
el propio Bill Gates ha vendido un mogollón de acciones (después de recibir el dividendo, eso sí).
Tal como están las cosas, la única opción que tiene Microsoft es tratar de aprovecharse de su dominio en el mercado de sistemas operativos para PCs de sobremesa. Pero es que cada vez lo tiene más chungo: la gente ni siquiera está comprando Windows XP por sus precios abusivos, ni Office 2000; muchos estamos todavía en Office 97 (cuando no nos queda otro remedio) y Windows 98. Además, la siguiente versión del sistema operativo va a ser incompatible con las anteriores, con lo cual, cuando la saque en 2005 estará compitiendo consigo mismo.
¿Porqué no ha tenido éxito, o no ha sido el ganador, en los demás mercados? Mezcla de muchos factores: la existencia de mejores productos, el deseo de los clientes de no atarse con una sola empresa, el no haber sabido desarrollar un mercado "vertical" (como IBM, que te vende desde los servidores hasta el tío con corbata que te hace un programilla para recuperar cosas de la base de datos), y supongo que también la mala fama que ha alcanzado por sus (presuntas) prácticas anticompetitivas.
Hace unos 3 años y pico (el fichero tiene fecha de noviembre del 99), dije en
esta Atalaya que Bill Gates tenía razón, que el juicio antimonopolio sería irrelevante, y que el final de Microsoft llegaría porque los monopolios en informática, a largo plazo, dejan de serlo porque el mercado que tienen atenazado se acaba convirtiendo en un nicho, mayor o menor, pero nicho al fin y al cabo. Y eso es lo que está ocurriendo. Microsoft, dentro de unos años, o quizás lo es ya, será un "niche player", una empresa potente en un nicho de mercado, pero no la gran diosa de la informática ante la cual todos los sacrificios son pertinentes, y cuyo sumo sacerdote es Bill Gates.