2003-03-08 19:18
En la versión española de las
noticias del guiñol, un personaje, Jesulín de Ubrique, conocido torero, siempre trata de explicar cualquier evento, aparato o problema, con un símil: "Eztooo... ez como un toro, ¿no?". El toro es la metáfora, metáfora de todo, de cualquier cosa; eso demuestra el poder de las metáforas, si no el poder del toro, y el poder de explicar cualquier cosa usando metáforas perfectamente inadecuadas.
Pero eso ocurre todo el tiempo; para explicar algo a gente que no sabe de qué va, es mucho más fácil usar una metáfora. "¿Oye, qué es eso de la internet?" "Pues mira, son una serie de redes que se han puesto de acuerdo en usar el protocolo IP" "¿Mandeee?" "
Es una superautopista de información" "Ahhhh, ahora sí". Así sucede con casi todo. ¿Un weblog? Un diario, o una conversación. ¿La web completa? Un hormiguero. Sin embargo, todas estas metáforas son inadecuadas en cuanto que se las usa sólo un poco más allá de la propia frase.
En
Crytonomicon, Randy Waterhouse, el protagonista, se encuentra en una conversación con un filósofo, o semiólogo, o algo similar, que habla de "dónde están las rampas de entrada (onramp) a las superautopistas de la información"; Randy se cabrea y acaba diciendo "It's a fucking metaphor". Y lo es: vale, la autopista es algo por donde van muchos coches muy rápido, y tienes que pagar peaje, y hay áreas de descanso, ingresos, pero tienes que partirte los cuernos para decidir qué son las áreas de descanso de las superautopistas de la información. Y da una idea de que se llega muy rápido a algún sitio. Pero lo importante de internet no es que se llegue rápido o no, sino del hecho de que se pueda llegar. Además, no se tiene en cuenta la riqueza de la información que se puede mandar por una "autopista de información" más rápida: cuanto mejor es la autopista, más rápidos van los coches, pero sólo van coches. El hecho de que una red vaya más rapida permite no mandar textos más gordos, sino mandar otro tipo de medios: imágenes, películas, discografías enteras.
Y sin embargo todavía se sigue hablando de las superautopistas de información, sobre todo por parte de periodistas, políticos y demás gente de mal vivir. Pero la introducción de malas metáforas no se limita a ellos: la del hormiguero, como una representación de la web, desde mi punto de vista, es especialmente mala. La cosa viene de
este artículo de Joi Ito que ha sido comentado
en esta entrada del blog de Steven Johnson y de refilón
en esta entrada de blogalia: en fin, ya sabéis, eso de que los bitacoreros van colocando miguitas, no se sabe muy bien dónde, ni qué son las miguitas, y además Steven Johnson añade aún más confusión al tema diciendo que las hormigas no son las personas, sino ¡el software! Y es lo que pasa con las metáforas: cuando nos vemos inmersos en ellas, tendemos a identificar cada pedacito de la metáfora con algo que estamos metaforeando, y acabamos hechos un taco completo. Pero peor es identificar un blog con una conversación, y decir que escribir en un blog es "más como hablar
a gente que hablar
con gente" (encontrado
en este artículo (citado en
este artículo, Influences, de Pilgrim (mencionado en
esta historia de fernand0))). Un weblog no es una conversación, aunque en él haya preguntas y respuestas. Pero todos los mecanismos que intervienen en una conversación no intervienen: el lenguaje corporal, la formación espontánea de grupos; y a la vez, hay otros mecanismos que no aparecen en una conversación: el trolling, por ejemplo. Un weblog, diablos, es un weblog, y así hay que entenderlo.
La mente humana funciona con analogías, y es mucho más fácil decir que una persona se parece a Tommy Lee Jones (como el protagonista de
Virtual Light), que decir que tiene el pelo oscuro, la cara picada de viruelas, y la nariz respingona. Más difícil aún es crear un nuevo concepto para describirlo.
Pero no debemos llevar las metáforas más allá de su valor real: explicar algo a una persona que no conoce las partes integrantes, o el origen, de ese algo.