2009-01-03 13:02
A los bestsellers hay siempre que acercarse con cierta cautela, porque lo que se compra masivamente rara vez coincide con lo que a mí me gusta leer, y porque una crítica negativa puede acarrearte un torrente de metacríticas más negativas aún.
Sin embargo, no ha sido una experiencia desagradable. La novela se plantea como una búsqueda de persona desaparecida, un clásico McGuffin del que se encarga un periodista caído en desgracia, Mikael Blomqvist. La persona es Harriet Vanger, miembra de una familia de empresarios, desaparecida un güevo de años atrás, posiblemente asesinada, en una isla en la que la mayoría de los habitantes pertenecen a la misma familia o están relacionados con ella. Mikael Blomqvist se traslada a vivir a la isla, y eventualmente acaba aliándose con Lisbeth Salander, una peculiar y atormentada investigadora privada independiente, y ambos acaban descubriendo nuevos indicios sobre la desaparición que acaban relacionándola con el título de la novela.
El relato tarda en despegar, porque la puesta en escena es complicada; el periodista tiene que caer en desgracia, la investigadora caer también en las suyas propias, y la troupe de secundarios apareciendo desde el foro para que los vayamos conociendo. Todo ello típico de una novela que es la primera de una serie y posiblemente irremediable. En el resto se notan los clásicos defectos de una primera novela: demasiados cafés, demasiados sánwiches, nombres de pueblos, calles, bares y comercios de hostelería. Sin embargo, la novela va ganando ritmo hacia el final, con un clímax que llega quizás demasiado pronto, y unos climaxcillos más adelante que tampoco hacen mucha falta, pero atan todos los cabos de la novela en un hatillo que resulta, si no en un pegamento sillonero, al menos en una lectura entretenida y agradable, plausible y bastante recomendable. ¿Me leería el resto de la serie? Creo que sí, salvo que se me recomiende lo contrario.
Se lleva, por tanto, un 4 de 5.