Esto no es un libro, parecen gritar todos los libros desde sus páginas. No somos un libro, esto es el mundo real, ¿no lo ves? Hay sentimientos, hay drama, si nos pinchan, ¿es que no sangramos?
Este libro,
Something Rotten (y prácticamente todos los demás) lo tiene muy claro: es nada más y nada menos que eso, un libro. Sus personajes nacieron en el
pozo de las tramas perdidas, graduándose unos como A, otros como B, y algunos como humildes C o D.
Muchos de los personajes también: está Hamlet, que va al mundo real buscan disipar su fama de indeciso, el emperador Zhark, que trata de evitar que lo desintegren en la última novela que está a punto de escribir su escritor, y está Thursday Next, de vuelta al mundo real, y una vez más detective literaria, madre de un niño que habla en "Loren Ipsum", ama de dos dodos, contrabandista de libros daneses hacia la república popular de Gales, y
jugadora de croquet.
También está Yorrick Kaine (Fforde tiene una habilidad especial escogiendo nombres; hay un cazador de vampiros que se llama Spike y una asesina a sueldo por mal nombre la
Windowmaker), empeñado en convertirse en dictador de Inglaterra a base de tratar de impedir que se cumpla la profecía de San Zvlkx y de convertir a Dinamarca en el chivo expiatorio de todos los males de Inglaterra. Lo que no le sienta nada bien a Hamlet, claro. Que tiene sus propios problemas, porque en su ausencia Ofelia se ha hecho con el control del libro, que eventualmente es absorbido por "Las alegres comadres de Windsor", por lo que Thursday Next tiene que buscar a un clon de Shakespeare que vuelva a reescribir el manuscrito para tratar de deshacer todo el lío.
En resumen: un libro muy entretenido, lleno de personajes graduados como As y Bs, con múltiples guiños al lector que le recuerdan que lo que tiene entre manos es nada más y nada menos que un libro, uno de los dispositivos de transfencia de imaginación más grandes inventados. Y que ata muchos cabos de todos los anteriores, dejando algunos sueltos; uno tan grande como un minotauro, de hecho (cuyo tamaño y tendencia a provocar accidentes de comedia muda con su sola presencia lo hacen relativamente fácil de detectar). Por lo que se lleva un
4 de 5.