2009-02-16 17:11
Asimov's saca de vez en cuando números especiales como este, de grosor doble, y con una buena cantidad de novelas cortas y relatos; suelen mezclar los clásicos con los novatos, y en general suelen resultar agradables.
¿Qué pasa en este caso? Pues no voy a abundar sobre la
muerte de la ciencia ficción, pero es que la cosa realmente está mu malita. La
sección de Norman Spinrad abunda en la metáfora de que los escritores de ciencia ficción son como los vigías que están en la proa del barco mirando hacia adelante, y que por mucho que avance la ciencia, más avanzarán los escritores.
Desgraciadamente, no es eso lo que se ve en este número. Hay un par de historias (y una de ellas de Barry B. Longyear) que juegan con la psicología y un ambiente más o menos científico. Las dos están bien, pero no como para figurar como ejemplo de ciencia ficción. Hay un par de ellas postapocalípticas, unas cuantas space opera, un par de primer contacto con los extraterrestres (la de S. P. Somtow, con un inquisidor nada menos y llamada
An Alien Heresy, está bien planteada y escrita, pero falla el final; ha aparecido en
las lecturas recomendadas de Locus), y la novela corta que termina el tomo, "La habitación de las almas perdidas", tiene un buen planteamiento pero un final decepcionante.
En general, sin embargo, me ha resultado más entretenido que otros números; no hay ninguna historia especialmente ladrillo y casi todas están bien escritas. Lo que está bien para un número especial, pero, una vez más, le falta vitalidad, nuevas ideas, y eventualmente hay un número finito de formas en las que se puede plantear una historia de primer contacto extraterrestre.
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