2003-03-19 02:42
Nodos wireless en Andalucía: |
Cuando una revista como
Business Week empieza a
escribir sobre un fenómeno que hasta entonces era friqui, como las redes WiFi (visto en
Slashdot), es cuando hay que empezar a quitarse las
camisetas y las
mochilas y empezar a tomárselo un poquitín más en serio.
Hasta ahora, las redes WiFi han sido un fenómeno puramente ciudadano: se trata de poner una antenita en tu ventana, y ofrecerle a todo el que pasa un poquito del ancho de banda de tu ADSL o de conexión por cable. Se trata también de tratar de alcanzar distancias cada vez mayores usando latas de patatas fritas, o de ir conduciendo por ahí encontrando redes WiFi desprotegidas, en lo que se denomina conducción de guerra o
wardriving. Una vez encontradas conexiones, se indican de forma visual usando el vocabulario del
warchalking. En fin, no es lo mismo toda esta movida que meterte en un Telepizza, y por el precio de un poco de pan untado de queso calentito, tener toda la internet que uno quiera (en autoservicio, claro, o sea, con el ordenador que se lleva uno de casa). Cuando empieza a meterse el negocio en el tema, ya pierde parte de la gracia. Es más útil y más fácil, pero sin tanta gracia.
Pero claro, al ser más útil y fácil, atraerá a más gente: simplemente comprando una tarjeta que viene a costar unos 50 o 60 euros, y enganchándola al portátil, puede ir uno por ahí pillando bits como el que pegaba brochazos al aire tratando de "coger la onda" para hacer la radio en colores. Y al atraer más gente, atrae a más negocio.
¿Por dónde puede ir ese negocio? Tampoco hay que estrujarse mucho las meninges... una red WiFi tiene una zona de influencia determinada, y se tratará de crear espacios donde se pueda acceder, por un módico precio, durante un tiempo determinado; quizás, como se hace hoy en ciertos restaurantes de comida basura o cafeterías, dar acceso por el precio de la consumición.
Lo más complicado es ver a dónde va a ir a parar todo eso. No sé si llevará a la conversión de los cibercafés en zonas "sírvase usted mismo" donde la gente llegará con sus portátiles, dispuestos a jugar al Counter Strike y cargarse a unos cuantos; o la gente buscará mil y una maneras de poder meter o sacar unos cuantos bits sin pagar, o acabarán llevándose el portátil a todos lados, incluso a clase, y estar navegando o chateando en el IRC en vez de atender,
como ya sucede. A donde sí es muy posible que se llegue es a una convergencia de los dispositivos inalámbricos, bien mediante radios de frecuencia programable, o bien mediante dispositivos que sean capaces de entender todos los protocolos inalámbricos... Incluso puede que se llegue a un punto en que, en cada zona de una ciudad, nuestro dispositivo inalámbrico empiece a pitar y nos diga: "Cobertura de 3 redes, a precios tal y tal, y anchos de banda tal y tal. ¿Cuál quiere usar?" Es muy probable que poco a poco, haya poca diferencia entre proveedores de conectividad y de servicios de voz, si es que todavía hay alguna.