2009-06-19 20:26
Dentro de los escritores de
ciencia ficción hard, nadie la hace tan hard como
Greg Egan. Y entre lo que hace Egan, nada es tan hard como lo que hizo al principio, hasta más o menos finales de los 90, incluyendo
Ciudad Permutación.
El planteamiento de esta novela es bastante más ambicioso: a partir de la observación de una serie de fenómenos que no parecen responder a las leyes de la física, una serie de personajes virtuales (que pueden tener origen en personas reales (
carnosas) o haber nacido a partir de un proceso similar a la concepción sexual) exploran el universo (o quizás los universos) a partir de su física (o viceversa). Y es ambicioso porque tanto la escala como los conceptos que se exploran estan mucho más allá de casi cualquier otra novela que he leído: miles de años, decenas de dimensiones, años luz a tutiplén.
En ese universo no sólo están estos personajes simulados, que curiosamente son los más reales: también los
gleisners, que vienen a ser inteligencias artificiales situadas, y los
carnosos, como servidor de ustedes, que viven en la tierra hasta que un estallido de rayos gamma la convierte en inhabitable.
La novela, en general, está bien, pero hay que reconocer que en ciertos pasajes tiene que gustarte mucho la física para encontrarlos entretenidos, o incluso pertinentes. Lo que ocurre es que
plantea tantos temas (la paternidad, el lenguaje, la psicología, la biología, la naturaleza de la computación, la moralidad...) que algunos, forzosamente, se tocan sólo de forma superficial. De otros, como la religión y el consumismo, da sólo pequeñas, pero apabullantes, pinceladas.
En resumen: una buena novela, pero sobre todo para quien disfrute de la ciencia ficción hard. A quien le vaya el Space Opera y similar, que se abstenga. Y está muy en la línea de Greg Egan: si te han gustado otras novelas, esta también te gustará (y la viceversa).
Esta novela,
como conté en su época, me la envió
Grupo AJEC para su reseña, y podéis
adquirirla, por ejemplo, en Cyberdark
Etiquetas: e=mc2, cuando un árbol cae en la 6ª dimensión