2009-07-24 18:12
Yo lo de los nativos digitales no lo acabo de entender demasiado bien. Superficialmente, parece que la simple exposición a los efluvios del silicio (quizás ya desde que la mami jugaba a la PSP a centímetros del feto) produce un cambio genético parecido al de
Cable que los lleva a ser capaces de reprogramar un router con un palillo de dientes, diseñar misiones espaciales soplando desde la Nintendo DS, y evitar ese parpadeo tan molesto de la hora del video.
Yo, pese a que es evidente que
los niños son capaces de aprende muy rápidamente cualquier cosa, no acabo de estar de acuerdo con eso. La simple exposición a la tecnología puede crear nuevas actitudes, pero no nuevas aptitudes. La primera generación de personas que fueron a salas de cine no se convirtieron automáticamente en el Sr. Metro-Goldwyn-Mayer junior, ni los primeros que tuvieron la tele en sus casas echaron flequillo a lo Jesús Hermida (quien, por cierto
no creo que viera la tele hasta los 20 años o así).
Sí es cierto que el medio es el mensaje. Los ordenadores, el software en sus múltiples manifestaciones, como medio de comunicación, de entretenimiento, como herramienta, hacen que se cambie la actitud y que inevitablemente quien se vea expuesto a él cambie; tanto grande como pequeño. Esas nuevas actitudes las vemos todos los días: desde la nueva actitud exploratoria con respecto a la cultura, hasta el hecho de que todo el mundo tiene una nueva identidad digital.
Pero las aptitudes son algo más. Si realmente queremos que se dé ese pequeño salto hacia el uso de todas las posibilidades del ordenador y las redes como herramientas, no queda otro remedio que irles enseñando a usarlas como tales. Lo que acaba implicando cosas bastante aburridas, pero elementales: programación, ofimática, manejo básico de un sistema operativo, todo eso. En reumen, todo lo que los no-nativos digitales tuvimos en muchos casos que aprender por nosotros mismos cuando nos pusieron un ordenador con teclas de chicle delante.
Todo esto no me cabe duda de que acabará ocurriendo, pero me da la impresión de que mientras no sean conscientes de ello en la escuela, nos tocará a los padres montar este belén.
Etiquetas: con su mula, su buey, y su caganer, faltaría más