2009-08-11 09:59
Ni la unión europea una coctelera, me temo. Suprimir las fronteras se parece más a mezclar agua con aceite: se juntan, dan vueltas uno alrededor de otro, si uno se empeña pueden hasta formar una emulsión, pero seguirá cada gotita por su lado: agua y aceite, España y Portugal.
Y no hay más que ir a cualquier frontera de la susodicha unión para verlo con claridad. Las fronteras se cruzan con facilidad (si es que no hay atasco), nadie te pregunta, nadie te mira, los carriles de la autovía son un gran muestrario de la unión entre los pueblos, coches de todos los países y de las mismas marcas y calidades se adelantan alegremente los unos a los otros.
Pero llegas al otro lado, y aparte de lo anecdótico, la subida o bajada del precio de la gasolina (25 céntimos de diferencia entre España y Portugal, por ejemplo), prácticamente todo lo demás es diferente. La organización del territorio lo es: en Portugal, por ejemplo, hay casas construídas por todos sitios; aquí, en España, ya es más complicado verlo. Los precios son diferentes no sólo en el caso de la gasolina, también de la comida y todo el resto. Y es curioso, porque posiblemente sí usen los mismos proveedores. La gente sigue yendo a Vila Real de Santo Antonio a comprar el ajuar, a pesar de que lo que compran está hecho en China, igual que en España, y posiblemente distribuido por una empresa española que ha recibido el contenedor en el puerto de Valencia.
Pero lo que es difícil de ocultar es la diferencia de nivel de vida. Pasa de Lepe a Castro Marim, o de Isla Cristina a Vila Real, y realmente
hay una diferencia.
Por supuesto que también hay diferencias entre Andalucía y Castilla la Mancha, o entre Andalucía y Murcia: de inflación, de riqueza, de cultura, incluso de lenguaje. Pero ¿a qué se parece más Huelva como provincia? ¿A Badajoz o a Vila Real do Santo Antonio o Castro Marim, las provincias limítrofes?
Igual sólo pasa por aquí abajo, porque el puente es relativamente reciente. Pero por la experiencia que he tenido en otras fronteras (Suiza-Francia, o Francia-Alemania), en todas partes cuecen habas.
En fin, que me da la impresión de que la verdadera unión europea queda todavía un poco lejos. Para bien o para mal.
Etiquetas: eso sí, en los dos sitios se come de miedo, y en todas partes cuecen caracoles (pero allí lo hacen con cilantro (todo, oiga))