2009-08-13 21:15
De vez en cuando a Asimov's le sale un numero redondo, y
éste, que marca el comienzo del trigésimo aniversario de la revista, es uno de ellos. Mezcla las figuras como Kress y Stross, con otros más desconocidos como R. Neube o Bruce McAllister, pero todos y cada uno de los cuentos exhiben una imaginación y una puesta en escena notable.
El de Kress sigue un poco la fórmula de casi toda sus historias y sus novelas: recintos cerrados accionados a distancia, minorías étnicas o de algún otro tipo, y acontecimiento o hecho que puede dar lugar al fin de la humanidad tal como lo conocemos. Sin embargo, la historia, que se centra en 4 niños con algo especial en ellos, y que por ser armas biológicas (hecho que acabaría con la humanidad) están encerradas (recinto cerrado) en una cúpula geodésica lejos de todo el mundo pero que tiene como lugar más cercano un pueblo indio (minoría étnica), y que a causa de un terremoto escapan y se enfrentan al mundo, tiene tensión, personajes bien delineados y un final sorprendente.
Otra novela corta del desconocido para mí (o desconocida) A. R. Morlan,
The Hikikomori's Cartoon Kimono es notable por su mezcla de elementos futuristas con la cultura clásica japonesa, y en concreto las diferentes partes de un kimono. En una novela corta resume toda una filosofía, un arte y una gastronomía, poniéndolos como fondo de una trama en que un antiguo retirado (hikikomori) aprende a tatuar y a colocar nanotúbulos para hacerle un favor a una amiga.
Pero la novelita que cierra el número,
Trunk and disorderly, muestra a un Charles Stross con una habilidad narrativa considerable y contando en primera persona la historia de un aristócrata que, por si fuera poco encargarse del mamut enano de su hermana, tiene que enfrentarse a una intriga palaciega en casa del emir de marte. Desopilante, lo es, pero no sólo eso, muestra una aristocracia decadente compuesta tanto por humanos como con androides con todo
lujo (y glamour) de detalles, inclusive mayordomos (mayordoma, en todo caso).
En fin, que números así le devuelven a uno la confianza en
el futuro de la ciencia ficción. Por lo menos mientras estos sigan escribiendo.
Etiquetas: también hay una historia de animatrónicos y cazadores furtivos, un misil de crucero que juega al ajedrez, y cristianos terroristas suicidas