2009-08-22 10:38
Aunque a Irlanda y a España nos meten dentro del saco de los PIIGS (ellos en el medio, nosotros al final), la situación tal como la percibo es bastante diferente.
A nivel de calle la situación es bastante similar: letreros de "se vende" o "se alquila" por todo el centro de la ciudad, inclusive la calle Grafton; sin embargo, se ve algo que yo no he visto por España: carteles diciendo que negocios están bajo administración judicial, con lo que se hace más evidente el problema. Será porque hay cartelitos con permisos del ayuntamiento por todos lados, igual que hay carteles muy evidenes anunciando "solicitors" (abogados) y "takers of oaths" (¿notarios?), o será que las reglas son así.
En cualquier caso, lo que más me ha llamado la atención son los anuncios de recortes en múltiples servicios públicos, o imposición de nuevos precios. Por ejemplo,
avisan a los estudiantes de que en el futuro pueden cobrarles la educación, o de que
servicios públicos van a eliminar puestos de trabajo, como es natural: si el nivel de ingresos disminuye, hay que recortar por algún lado. En el Ayuntamiento de Dublín, por ejemplo, se habla de bajar la jornada laboral a 3 días, con los recortes correspondientes en el sueldo. Esto último impensable en España, al menos en la administración, y en cuanto a los recortes, aunque son evidentes en casi cualquier Ayuntamiento, por alguna razón no llegan a ser portada de periódicos.
La impresión que da es que son muy conscientes de la crisis y toman las medidas más razonables, aunque sean impopulares. Lo que no se puede hacer es aumentar el gasto (y aquí distingo gasto de inversión) sin ningún tipo de contrapartida, tirando del déficit para que el que venga detrás que arree, o esperando que reviente por algún lado para subir los impuestos de aquellos a los que no les queda otro remedio que pagarlos.
De hecho, ayer leí una frase reveladora en este artículo,
que habla de la oportunidad que ofrece la crisis para reformar la economía irlandesa:
On a more optimistic note, there are already signs the economic and psychological adjustment in parts of our economy are taking place much faster than in other European ones – notably Spain
En fin, que el tigre céltico está a punto de saltar de nuevo, mientras que el
lince ibérico va ser difícil que se recupere del atropello.