2009-09-04 18:27
Casi tres añitos después de que
Amazon lanzara su elastic computing cloud, la nube computacional está tan de moda que ya hay gente que
expresa escepticismo sobre su utilidad, o que
predice el final del alojamiento en Internet tal como lo conocemos (visto en
/.).
Lo cierto es que la existencia de tanta oferta de computación nube, desde Google hasta Microsoft, y de tanta tinta vertida sobre ella, refleja el hecho de que va a ser uno de los paradigmas computacionales de los
dieces, como los ordenadores personales lo fueron en los 80, la red en los 90, y las redes sociales en los
ceros (habrá que irle buscando nombres a las décadas, ¿no?). Y lo será porque, como muchos cambios tecnológicos, se retroalimenta con una serie de cambios culturales y sociales: principalmente, el hecho de que ni el trabajo ni el ocio se hacen en un lugar determinado (puesto de trabajo, enfrente de la televisión), sino que son algo que
se hace uno encima. Y el hecho de que ambas cosas (si es que siguen siendo
cosas diferentes) necesiten capacidad computacional y de almacenamiento que no siempre puede llevar uno encima, mientras que la conexión a la red sí es prácticamente ubicua, hace que se hagan necesarios los servicios de esa
nube.
El escepticismo de Doctorow es absurdo, porque uno elige los servicios que le da la gana cuando le da la gana. Que Microsoft te ofrezca Azure no va a copar el mercado mundial de DDs y evitar que lleves tus pelis en un pendrive o que uses tu portátil para
crackearauditar wifis. La computación nube crea un mercado, y hay una demanda para él; el hosting seguirá existiendo, sobre todo el hosting compartido y los servidores privados virtuales, pero el mercado se segmentará cada vez más y habrá más oferta. Lo que es bueno, y no representa una vuelta al pasado. Todavía.
Etiquetas: bonitas nubecillas, al atardecer están más bonicas, no se puede tener todo, hugos, nébulas, y acertar sobre la nube