2009-11-25 20:11
La interrogación viene a cuento de que los editores de
Asimov's han tenido que justificar el hecho de que se trate de una revista, y no de una antología disfrazada como tal ante el USPS para poder seguir beneficiándose de la tarifa para publicaciones periódicas. En cualquier caso, antología es y por eso la reseño, como
hice con la última.
Y aunque últimamente no hablo demasiado bien de ella, lo cierto es que este número me ha gustado. No tanto por lo que es, sino por lo que inspira; sumergirte en sus páginas es irte a estaciones espaciales, espacios inquietantes, o viajar al pulp de los años treinta. Éste le toca a la historia de Allen Steele, generalmente acertado, pero que en este caso en
El horror de la isla Jekyll ha tratado de mezclar al Gran Gatsby con los mitos de Ctulhu; el ambiente está bien definido, pero la historia rebosa tantos clichés que puedes recortarlos de las páginas para usarlos como marcador. Aunque un tanto clichificada también la historia
Marya y los piratas, de Landis, tiene un regustillo hard de otros tiempos que resulta agradable.
The good hand de Robert Reed es una ucronía con premisa interesante, pero que no acaba de despegar: qué pasaría si la única potencia atómica fuera los Estados Unidos, y no dejaran a nadie, ni a sus aliados, tenerla.
El resto no están mal, salvo
Wilds, que puede tener su gracia, pero salvo por el hecho de ser una historia en primera persona narrada por una persona un tanto perturbada, no tiene nada de ci-fi.
Me llama la atención que tanto la historia de Steele como
Wonder House hagan referencia al origen judío de las editoriales que publicaban cómics en los primeros años treinta, en lo que coincide además con
Las aventuras sorprendentes de Kavalier y Clay. Por lo que imagino que, como factoide, será cierto.
En resumen, que Asimov's tiene sus altos y bajos, pero sigue dando buenos ratos a sus suscriptores. A
algunos más que a otros.
Etiquetas: pulp, fiction, sci