2010-01-02 14:03
Érase que se era, en un país lejano, pero lejano que te cagas, que convivían pacíficamente cuatro razas más o menos humanoides con cincuenta inmortales (pero inmortales por oposición, no inmortales de tres al cuarto), y un emperador llamado San (San nada, sólo San a secas) que gobernaba benevolente pero de forma bastante inefectiva (como la ONU o así) sobre su grey. Mas hete aquí que aparecieron unos bichos malos, malos, y empezaron a jalarse por las buenas a los súbditos. Lo que estaba muy feo, porque lo dejaban todo perdido, perdidito, y claro, eso no podía seguir así, así que mandaban Fyrd tras Fyrd de arqueros, lanceros, y gentes con armas generalmente poco eficientes contra bichos de cierto tamaño. Porque a pesar de que conocían los mecanismos (relojes), la pólvora, y la química, no se les ocurría hacer Flit ni arcabuces ni nada que pudiera acabar con los bichos en plan arma de destrucción masiva.
Y claro, con esas mimbres, por mucho que los personajes estén bien, la ambientación tenga jade y lujo y glamour y todo eso, pues tampoco acaba uno tragándose el tema. Mucho matar bichos, mucha intriga entre inmortales, y entre mortales que quieren serlo, todo narrado por un personaje, el Mensajero Jant Shari, de mal nombre Cometa (cuando habría quedado mucho mejor como alias La Chari o el Charito), que es un poco drogata por parte de una cosa llamada "cat", pero con todo y con eso trata de arreglar todo el tema, contando con la ayuda de sus viajes que no sólo son del chute sino también transdimensionales, a un sitio llamado Shift, que por cierto es lo más curioso por sus habitantes y sus historias, que rozan lo horror-gore pero tienen un punto de ironía bueno.
En resumen, que
el libro tiene buenas mimbres, pero no acaba de despegar; el contraste entre lo heroico y lo mundado del ansia y la vehemencia del personaje están curiosos, pero los secundarios están más bien desperdiciados y no llegan a ningún sitio, y el final lo deja todo con sitio para una secuela.
Por lo que no acabo de recomendarlo, la verdad. Por cierto, que me lo he leído en el
Papyre.
Etiquetas: malos, güenos, bug-eyed monsters, lanzas, corazas, y caballeros con penachos al aire