2010-03-11 17:38
Según la wikipedia, el
término que da título a este cómic se refiere a un trabajador del casino que juega, pero apostando su propio dinero.
Joey Martin, el protagonista de esta historia, es un tipo frío y misántropo que usa ese empleo como trampolín para llegar a ser jugador profesional, y que un buen día, en una apuesta de un bar, se hace con unas cuantas almas. ¿Qué se puede hacer con unas cuantas almas? Yo diría que no mucho (las puedes meter en un alma-zen, vale, muy malo), pero resulta que el cielo y el infierno compiten para llevárselas, yo creo que más que nada para mantener su situación de duopolio; el cielo manda a un tío llamado Bill, que debe ser un arcángel, pero es un tanto bruto, y el infierno, como no, a una tía güenísima, y ambos comienzan una lucha por hacerse con esas almas, que hay que ser ansiao y gurrumino, con la cantidad que deben tener cada uno de ellos y los dos juntos... podían hacer una fusión corporativa, pero no, tienen que liarla, dando lugar a una serie de situaciones absurdas, no demasiado coherentes, pero que en todo caso sorprenden y dan lugar a un final un tanto absurdo, pero en la línea del resto del cómic.
El dibujo es en general correcto, pero los personajes darían más de sí.
Fergu, que me lo prestó, me lo compara con
American Gods, pero no le llega. Willingham es un dibujante de cómics correcto, pero no llega a crear personajes tan redondos como Gaiman; es más, esta historia tiene más de
Buenos Presagios, pero no llega a ser tan divertida como esa. Así que se queda en correcta, unas tres estrellitas, si es que todavía pusiera estrellitas, que no lo hago.
Etiquetas: este es el de fábulas, mañana el salón del cómic, a ver si nos abastecemos