2010-04-03 12:10
Brunetti es un comisario veneciano que para resolver crímenes tiene que lidiar no sólo con la incompetencia, sino también con la corrupción y con la miriada de cuerpos policiales que operan en Italia.
En este caso, como en muchos, la novela comienza con un problema burocrático con el catastro y continúa con la muerte del agente del catastro que trajo tales noticias al comisario. Pero esto es Venecia, y ni hay CSI ni equipos de operaciones especiales ni satélites espía. Que poco podrían ver en los canales de Venecia, por otro lado. Está Elettra, una chavala que navega por las bases de datos ajenas como Pedro por su casa y que está desperdiciada como secretaria, y está Brunetti y sus amigos en las altas esferas, que le informan de lo que todo el mundo sabe menos la policía.
A base de esos amigos, Brunetti se va acercando a la resolución del crimen, muy poquito a poco, y con descubrimientos laterales de la ciudad, sus gentes, y su carácter. En general, por tanto, una historia desagradable por el tema, pero ágil y muy legible, y le agradezco a
Cristina el préstamo. Ya me quedan sólo dos...