2010-05-29 11:18
Los suecos son sin duda gente meticulosa. Los escritores tienen a componer gruesos tomos describiendo todos y cada uno de los aspectos de la historia y los personajes, hasta que al final, como en un puzzle completo, no queda ningún resquicio.
El paisaje que dibujan en sus libros de su país es totalmente diferente. Aunque en un sólo libro haya más asesinatos de los que suelen suceder en el país en una década, por lo que no se puede decir que sea totalmente realista, habla de personas solitarias, con relaciones patológicas en muchos casos, y que tienen cierta tendencia a tomarse la justicia por su mano. Será que los escritores suecos como
Larsson han bebido de las fuentes de la novela negra americana, o simplemente que el hecho de ser escritor en Suecia ya es suficientemente peculiar como para que tengan una visión sesgada o irreal de su país.
No había leído nada de este detective, Kurt Wallander, hasta que
Cristina me prestó este junto con <
un lote que incluía, entre otros, a Donna Leon. Se trata de una persona taciturna pero metódica, detective en
una de las ciudades más meridionales de Suecia, lo que contribuye a descripciones ambientales que hablan del calor, del sol y otros elementos meteorológicos mayormente desconocidos en esas latitudes. El libro, sin embargo, se refiere a latitudes mucho más cálidas, Sudáfrica, y se sitúa a principios de los 90, en la época en que Frederick de Clerk (un personaje más de la novela) estaba cediendo el poder a Nelson Mandela. Unos conspiradores boérs contratan a un asesino a sueldo para asesinarlo y crear el caos en el país y lo envían a que en Suecia lo entrene un antiguo agente del KGB.
Sería desvelar demasiado cómo interviene Wallander y toda la comisaría de Ystad en el intento de asesinato, pero evidentemente pasa algo que hace que Wallander, y eventualmente toda su familia, se vean envueltas en la conspiración.
El libro es largo, y a veces lo parece. La acción es continua en la subtrama sueca, pero se hace demasiado deliberativa en la sudafricana. La conexión entre las dos abusa del recurso de la incompetencia por algún lado, pero es un recurso legal, de todas formas. El libro, sin embargo, resulta interesante no sólo por ser un whodunnit; prácticamente desde el principio se sabe toda la información, sino por la evolución de los personajes y de su psicología según van sucediendo los hechos y afectando a cada uno de ellos. Kurt Wallander, eventualmente, resulta una persona diferente al final, como lo son la mayoría de los protagonistas.
Por lo tanto, un buen libro. Y gracias a
Cristina Vera por el préstamo. ¡Ya sólo me queda uno!