2010-06-25 17:51
Posiblemente alguien no sepa que
hoy es el mayor partido que los tiempos vieron, el que marcará un antes y un después, el que dará a la retórica deportiva grandes frases, de la altura de "El fútbol es así" y "Asumo toda la responsabilidad" (dicha por Sara Carbonero).
Pero vamos al turrón. Ya vimos a
Honduras en su red. Vamos a por Chile.
Los colorines, puestos a caso hecho así, van del rojo (
centralidad de flujo baja) al azul, la más alta. Las
medidas de centralidad de flujo son importantes, tanto como la forma de la pelota o el nivel de decibelios de vuvuzela imperantes. Se trata de saber cómo se transporta la información (la pelota) de un punto a otro del campo. Quien rige el flujo es la figura más importante del juego, es el que organiza el juego y a quien agarrarse como una garrapata al vello púbico o como Manolo a su bombo. ¿Y quién es el afortunado? Pues
Gonzalo Jara (sin relación con Víctor Jara), un jugador del equipo de primera fila West Bromwich Albion, y que marcó su primer gol nada menos que contra el Leicester City.
Ya os veo a todos frotándoos las manos, esto va a ser un paseo, éste aquí no jugaría ni con el Alcorcón, qué digo ni con el Alcorcón, ni con el Madrid... pero no, porque lo importante es el equipo, y cómo fluye la bola por él. Así que hay que mirar a las otras dos cantidades que sutilmente estamos representando en el gráfico: la centralidad y la centralidad de cercanía.
Vamos con
la centralidad de intermediación, o simplemente enmediidad, que también tiene su miga. Cuando van las pelotas del portero hacia los delanteros, ¿por dónde pasan? Cuanto más intervenga un jugador, mayor será su enmediidad, y eso lo representamos en la dimensión horizontal del diamante. Ahí tenemos una vez más a Gonzalo Jara. Pero ¿debe estar Gonzalo Jara? Pues va a ser que no, porque es un defensa. Es lógico que los defensas toquen muchos balones, pero quien debe estar enmedio deben ser los medios. No es tan grave en este caso. Un medio,
Beausejour, que fue quien marcó el primer gol de Chile, y un delantero
Sánchez, que jugando en el Udinese cualquier día nos lo encontramos en Granada, son los que le siguen en intermediación. La columna vertebral del juego está clara, y es peligrosa, porque tiene dos jugadores que crean juego.
Si la selección es capaz de ver eso claro y cortar la conexión entre estos tres, posiblemente tenga éxito. Además, hay una debilidad: la tercera dimensión, la longitud vertical del rombo, que es la cercanía. Los mismos tres jugadores son los que tienen la cercanía más alta, están más cerca de todos, pero ni el portero ni los delanteros tienen buena medida: les hace falta bastantes pases para llegar arriba, y eso da más oportunidades de atacar la red.
Ahora querréis un diagnóstico, ¿no? Pues no. Vamos a sufrir, que es lo que toca, desde ahora hasta que acabe el partido. Con una cervecica y unas palomitas, que así se pasa mejor. Como hemos sufrido toda la vida.
Etiquetas: bolas de cristal, once contra once, y tu intermediación de flujo contra el mío, que gane el mejor, o si no España