2010-08-26 21:39
Hace un poco más de tres meses, harto de que
Movistar me cobrara cerca de 60 euros en total por el ADSL, decidí cambiarme de operador. Me moló la oferta
ADSL TDI, con la que efectivamente me ahorraba una pasta.
Puesto en contacto con el agente, y
advertido de que en tres meses me cambiaría de domicilio, me aconsejó que me quedara simplemente con el ADSL+llamadas, una oferta no tan golosa, pero también conveniente, porque el cambio de domicilio sólo lo puede hacer Telefónica. Me comentó que cuando cambiara de domicilio podría solicitar el TDI ese. Y fue lo que hice, convertirme en cliente de ADSL+llamadas de Orange.
Seguramente me lo advertirían en el momento, pero no le presté atención o lo olvidé. La oferta de ADSL+llamadas conlleva un compromiso de permanencia de 18 meses. Si me lo dijeron, me parecería bien porque no pensaba cambiar otra vez a Movistar ni a ninguna otra, bastante había tenido con ellos. Si no, bueno, tampoco pasa nada, es lógico.
En general, estoy contento con Orange, no me puedo quejar. Da buenas velocidades, no se corta demasiado, y lo único que me da problemas con frecuencia es el SMTP, pero nada de lo que se deba preocupar uno demasiado (por lo pronto).
Concertado ya el cambio de domicilio con Telefónica, llamo a Orange con la simple intención de que me manden las facturas al nuevo domicilio; pensaba que al no cambiar de número (lo que, la verdad, no tengo claro, pero en principio no tengo la intención de cambiarlo) no habría ningún problema y el ADSL y las llamadas seguirían funcionando en el nuevo domicilio.
Pues no. La operadora, muy amablemente, me comunica que no puedo hacer un cambio de domicilio, que no me puedo llevar el ADSL al nuevo sitio. Tengo que darlo de baja y volver a darlo de alta en el nuevo domicilio. Lo que implica 40 días sin Internet. Un fastidio, pero bueno, qué le vamos a hacer. Son los gajes del oficio.
Pero se añade a lo siguiente que, evidentemente, al dar la baja de la línea incumples el compromiso de permanencia. Como estás en el primer tramo, tienes que pagar 150¤. La operadora (bastante amable, con la que le estaba cayendo) me dijo que al dar el alta inmediatamente en el nuevo domicilio te devuelven el dinero pagado; lo que en realidad supone que le estás prestando a Orange 150¤ durante un tiempo en principio corto, pero seguramente indefinido. Segundo engorro y trastorno.
La propia operadora me sugiere que dé orden de impago de esos 150¤ al banco, y que como inmediatamente van a dar orden de devolución, no habrá ningún problema. Pero una cosa es lo que diga la operadora y otra la que seguramente sucederá: al impagar vas al registro de impagados, y luego que te saque Perry Mason.
Lo gracioso es que, al dar la baja con Orange, Orange tampoco suelta la línea, y no puedes darte de alta con otra operadora, la propia Movistar por ejemplo, que te dé de alta la línea un poco más rápido (a costa de perder los 150¤, claro).
Conclusión: la mudanza va a suponer doble trastorno y un préstamo a fondo perdido a una operadora de telecomunicaciones, que en tiempo de crisis buena falta le va a hacer. Y el
consejo si vas a mudarte, no cambies de operadora de telefonía e Internet hasta
después de hacerlo.
Etiquetas: las cosas de la vida, dimisión del ministro de industria ya, subiéndose por las paredes