2010-08-27 18:49
En la
entrada pre-anterior hablábamos de los problemas inesperados de exponer tu vida en Internet, pero el problema no se queda ahí. El problema existe simplemente por el hecho de poder identificar a una persona por un
URI único, sea su cuenta en Twitter, o peor aún, la de Facebook. Y es peor porque Facebook no sólo permite que asocien tus diferentes muradas a tu persona, sino también lo que hagas en juegos y comentes en otros sitios usando la misma identidad. Muchos sitios permiten ahora
identificarte mediante Facebook connect, incluso sitios donde se compra y se vende (y no precisamente almas).
A partir de ese URI único, el único salto que hay que dar (y que es posible que ya se dé) es asociarlo a una característica física. Puede ser el nombre; la mayor parte de la gente da su nombre verdadero en Facebook (si no, te quedas sin cuenta). De esa forma,
Ryanair puede identificar si alguno de los pasajeros ha hablado mal de ellos (o bien) y responder de forma adecuada: dándole una colleja, por ejemplo, sin ningún coste adicional, o haciéndole que vacíe la maleta porque pesa 15'003 kilos. Eso ya se puede hacer, no es difícil. De la misma forma se puede usar la matrícula del coche, o incluso el nombre que aparezca en una tarjeta de crédito. Cualquier cosa que sea un ID único, que se puede asociar al nombre. El ID único de la tarjeta WiFi de tu móvil, o el ID Bluetooth.
Pero puede ser cualquier característica: la cara, el rostro. Reconocimiento de caras, y sabes que quien está entrando en el restaurante es el célebre crítico gastronómico de una cadena de medios sociales super chachi. Vale, más complicado. Pero ¿lo veis muy lejano? Hace cinco años los teléfonos no reconocían el habla (ahora tampoco, pero hacen como que lo hacen), y ahora es algo cotidiano, con empresas que se dedican a ello.
Es fácil ocultar o cambiar el rostro, pensaréis. Se pone uno moreno, y no hay quien te conozca. Ni tú mismo. Pero ¿cómo se puede ocultar el resto de la persona, las medidas biométricas? ¿O las pistas que uno va dando con el acento que tiene, los retazos de conversación que deja caer, la ropa que usas y que es posible que hayas comprado online (usando tu ID Facebook)? Identificar de forma única a un desconocido y tener inmediato acceso a toda su información online con un determinado porcentaje de acierto no está tan lejano. Un año, quizás dos.
El nivel del debate sobre la intimidad subirá un par de peldaños. Pero me parece a mi que las actitudes no variarán demasiado con respecto a las actuales: me parece guay si puedo obtener alguna ventaja, me trae sin cuidado, no voy a ir preocupándome del tema, y prefiero ir encapuchado todo el tiempo con un sayón hecho a mano con lana de mis propias cabras antes de que cualquiera sepa cualquier cosa sobre mi. Más o menos.
Etiquetas: identificándose, tú de quién eres