2010-09-29 17:34
Seguramente la historia registrará que la posibilidad de cambiar servicios de telecomunicaciones tales como la telefonía móvil o fija o la línea de ADSL procedió del ministerio de Industria. Nada más lejos de la realidad: muy pocos saben que tal orden provino, en realidad, del Ministerio de Cultura, y en concreto del Comité que Lucha contra la Creatividad Decreciente y de Camino por la Existencia de la Blogosfera.
Sí, queridos lectores. No hay asunto que haya generado más chorros de tinta-e que la interacción con diferentes avatares del complejo de la industria de las telecomunicaciones. Tan acertada fue la decisión del CLCDCEB que incluso ha dado lugar a un género: la Telépica, abreviatura de épica de la interacción con la compañía de telecomunicaciones.
Este género se caracteriza por la existencia de un héroe que narra en primera persona sus aventuras, armado generalmente de un teléfono, a veces puesto en manos libres (para mayor carga estética y emotiva); este héroe se ve asediado por diferentes villanos, de los cuales el más correoso es La Teleoperadora de Allende los Mares y, en la modalidad de ciencia-ficción, el Sistema de Navegación Por Voz del Servicio de Atención Al Cliente, al que todo el mundo llama "póngame con un teleoperador humano, por caridad, que soy padre de familia".
Estos villanos tienen las más diversas procedencias, pero a pesar de ser también enemigos jurados entre sí, luchando continuamente en las Justas por el Bucle Local, al final el que sale derrotado es el Consumidor, protagonista de nuestra historia, en cuyo momento la telépica se transforma en tragedia o deviene en lírica, según lo que haya llevado colgado al teléfono el protagonista.
Todas estas historias tienen un importante componente numérico, y se mencionan tanto puntos, como megas (de subida, y cómo no, de bajada), como los minutos que uno se pasa colgado al teléfono de un número que al final resulta que es un 902 y sale por un ojo de la cara sobre todo si llama uno desde el móvil (vade retro, ¡llamar desde el móvil a un servicio de atención al cliente!).
No termina aquí la cosa, no. Terminará en el siguiente post, donde analizaremos qué constituye el Grial de este género.