2010-10-19 19:07
Un reverendo sueco aparece asesinado, destripado y mutilado en una iglesia en
Kiruna, una ciudad cerca del círculo polar ártico, donde hace un frío que pela pero a pesar de ello no se entretienen tirándose bolitas de nieve, sino creando congregaciones carismáticas milagreras que sacan una pasta vendiendo videos y merchandising diverso. Como Pocoyó, que, ahora que lo pienso, tiene un gorro un poco lapón.
A investigarlo va Rebecka Martinsson, una abogada especializada en derecho fiscal, que reside en Estocolmo, pero que resulta que es amiga (amiga de esas suecas, o sea que en realidad la odia (no, no es amiga como las de
Salander con derecho a roce (ahora que lo pienso, derecho no, pero un poco sí que le tira los tejos (la amiga a Rebecka)))).
La Rebecka, en general, odia bastante y dice muchos tacos. Ahora que lo pienso, también como la susodicha Salander. En serio, la ONU debería invadir Suecia o algo porque esta gente tiene un serio problema consigo mismos.
¿Quién ha matado al reverendo? ¿La hermana? ¿La congregación entera, en plan Fuenteovejuna? ¿Un reno despechado por haber sido engañado con un oso polar, de lo que se dio cuenta cuando se miró al espejo y vio que tenía cuernos? Para eso tendrás que leerte el libro, que no está mal del todo, pero que se entretiene a veces demasiado en los personajes secundarios, todos bastante jodidos de las meninges, y deja que el caso se resuelva más bien solo, en vez de usar la deducción (como en las novelas de detectives) o las hostias (como en las novelas negras). Tiene algo que la hace mejor que las de Stieg Larsson: es más corta. Pero, la verdad, como ambientación, reflejo de una sociedad y personajes me gustan bastante más las novelas islandesas de
Indriðason. Y con esto último, meto dos letras raras en una sola historia. Récord blogosférico, creo.
Entre otras reseñas,
la musa y el espíritu lo califica de entretenido y
The Mole's world como
ameno y fácil de leer.