2011-01-14 19:14
Este
libro es realmente el libro gordo de los viajes. A dos páginas por país, recorre todos los países del mundo y algunos que no lo son, hasta un total de 229. De cada uno dice lo justo: una descripción generalmente llena de clichés, qué ver, qué hacer, leer, escuchar, mirar, comer y beber unas palabras clave a lo
Delicious y un "hecho aleatorio" sobre cada país. Lo justo para saber dos o tres cosas, ignorar el resto, y olvidar un montón más.
Es que este no es de los libros que se leen. Es realmente gordo, y me sorprendió cuando me lo
envió PJorge como regalo de navidades. Pero es que si no te lo lees del tirón, no te lo lees. No es que mucha gente vaya a organizar un viaje a Vanuatu (hecho aleatorio: el último acto caníbal registrado sucedió en 1969) y vaya a consultar a ver qué es lo más importante que hay que hacer en ese país. Así que empiezas por Afghanistán, cuando llegas a Malawi (beber: Chibuku (cerveza "sacudida")) ya te estás preguntando porqué diablos decidiste hacerlo y cuando lees San Vicente y las Grenadinas te preguntas si el que lo hizo no habrá hecho copy/paste de St. Kitt y Nevis o, para el caso, de las Comores (come: las langostas salen muy baratas, y se comen a la vainilla, como si fueran yogures).
Al final, de todas formas, coges un poco de culturilla. Como en esos viajes de "conozca Europa en una semana", te das cuenta que en todo el mundo hay muchas cosas en común (no os podéis imaginar la cantidad de países que beben cerveza) y que, por mucho que estemos el siglo XXI todavía hay países a los que no llegan aviones de Ryanair, y en los que puede ser interesante perderse.
Además, una vez leído se puede volver a él, a ver las fotos, a buscar referencias literarias o musicales. Vamos, que me ha gustado. Y las calorías que he gastado llevándolo al peso de un lado a otro son impagables. ¡Gracias,
Pedro!