2011-03-01 09:02
Iba a usar
un eslogan para introducir esta entrada, pero casi todo el mundo ha tenido la misma idea que retrotrae a tiempos de autarquía y a cuando el gobierno, a través del
monopolio petrolífero, efectivamente tenía que adelantar un dinero cuando un petrolero salía de Dubai con destino a Algeciras; dinero que luego devolvíamos los españoles (con un sano beneficio) cuando comprábamos gasolinas para nuestros R8s y 1500.
Pero ahora no es así. El crudo lo importan las compañías petrolíferas, que no trabajan a tanto vale tanto pago, sino que usan el mercado de futuros para estabililizar el precio de lo comprado; evidentemente, al subir el petróleo trasladan ese precio al consumidor; no sólo al de coches, sino al del fuel de calefacción y al que usan los camiones (con la velocidad limitada a 100 km/h, por cierto). Pero si se consume más gasolina, quien lo acabamos pagando son los que la consumimos, claro. El gobierno acaba beneficiado: siendo parte porcentual del precio los impuestos, más vale, más IVA, más impuestos de otro tipo, así que a cada subida del precio del petróleo empiezan a frotarse las manos pensando la caja que van a hacer.
Pero no. Nuestro gobierno, pensando en el bolsillo de todos y que no gastemos más de lo que debemos, zascandiles, manirrotos, que gastáis lo que no tenéis, nos baja el límite de velocidad en autovías para que consumamos menos gasolina, y
algunos hacen las cuentas del Gran Capitán para concluir que qué bien, que nos ahorramos el 8% de lo consumido. No me meto en los datos, aunque es poco creíble que el 50% del crudo consumido vaya a los turismos (¿los camiones funcionan con agua destilada? Y para ellos ya existe un límite). No me meto tampoco con que efectivamente suponga un ahorro, aunque es discutible. ¿La gente va a bajar la velocidad a la que va? ¿Y los frenazos? ¿Y el consumo efectivo de cada uno de los coches? Evidentemente, si vas más lentamente, ahorras.
Pero la cuestión es quién se ahorra ese dinero. Si efectivamente supone un ahorro, es un ahorro que sale del bolsillo de la gente, que debería tener la libertad de decir en qué ahorra y en qué no. Se puede decir que también se ahorra en vehículos oficiales y demás, que tienen fama de ir a toda leche (y pagar las correspondientes multas), pero para eso no tenían más que dar órdenes a conductores para que fueran a una velocidad adecuada (o, para el caso, que alguno vaya en transporte público, que no se le caen los anillos). Y si efectivamente ahorran, se ingresa menos dinero en impuestos, caen los ingresos del estado (si es que es ahorro, porque si vas y te lo gastas en los chinos estamos en las mismas o en peor), el estado tiene que pedir más dinero en esos mercados que tanto nos odian, sube el tipo de interés, con lo que nos acaba costando más dinero todavía vía impuestos o recortes a todos los españoles.
Y ese es sólo un escenario posible. Si la caída de los ingresos de gasolineras es mucha, y efectivamente vamos a ese 8% tan optimista, algunas gasolineras tendrán que cerrar, los currantes irán al paro, y le costará al estado. Y dejarán de comprarse los productos de la tierra que allí vendían... y así sucesivamente.
En vez de hacer tantas leyes ocurrentes, los del gobierno deberían estudiar la
ley de las consecuencias imprevistas, que se cumple en economía con mayor precisión que en cualquier otro aspecto de la vida. Por ejemplo, en la penúltima ley que limitaba el consumo de tabaco se perseguía que descendiera el consumo; pero en realidad aumentó a casi un 31% de consumidores. Suben los impuestos, y aumenta el consumo de tabaco de picadura, que al no usar buenos filtros es más cancerígeno. Y así sucesivamente...
¿Para qué sirve entonces esta nueva ocrurrencia? Pues para que todos piquemos, inclusive un servidor, y hablemos de esto en vez de hablar de los temas locales que son los que interesan para las elecciones que están cada vez más cerca.
Etiquetas: política, berengenales, ¡y si bajan la velocidad al 0% ahorraremos un mogollón!