2011-03-20 20:34
Cuando uno ya pensaba que lo había visto todo, se encuentra con una polémica en la socialmediaesfera que enfrenta a los partidarios de
darle en toda la cresta a Gadaffi y los que dicen que
dejémoslo en paz, que tampoco nos ha hecho nada. De hecho, tan no nos ha hecho nada que
antes de ayer le vendíamos alegremente armas y
nos hacíamos fotos con él, todos sonrientes, perdonándole un
quítame allá un Boeing derribado o
una discoteca llena de marines volada.
Los hashtags no dejan lugar a sutilezas: son puramente binarios. No existe un
#noalaguerraperogadaffimecaecomo7patasenloscojones
o un
#sialaguerraperoquelahagalasextaflota
.
Lo que es una pena, porque sin ser una posición equidistante, esa posición intermedia me parece muy razonable. Porque, vamos a ver, dictadores hay muchos, y la mayoría deberían de comparecer ante tribunales por crímenes de lesa humanidad. Pero el
Gadaffi hace nada más que de refilón el top ten de dictadores del mundo. Mira, al
número cuatro hace nada tratamos de venderles AVEs. Y está seis puestos más arriba que el dictador sanguinario Gadaffi, por lo que será más dictador y más sanguinario. Y además, rey, fíjate. Ni siquiera está en la Internacional Socialista. Debe ser malo más que malo. Y también tiene petróleo, con lo que no descarto yo que un buen día si alguna tribu a la que le han requisado más cabras de la cuenta se rebela toda la comunidad internacional, indignada por tamaña violación de los derechos humanos (y caprinos) se abalance avalada por la OTAN, la ONU, la Liga Árabe, la de fútbol profesional y la de mus de Alpedrete.
Pero no se montan cruzadas contra los dictadores, porque son muchos y porque en muchos casos tienen muy mala leche y como queden vivitos y coleando te montan un cirio del que acaba uno mal parado. Por eso se deja a China en paz (número 3), y a Berdyhumanenov también. Bueno, a este quizás porque ningún locutor sería capaz de pronunciar su nombre y acabaría poniendo en un brete a la comunidad televisiva.
Por eso, las posturas contra los dictadores van desde la convivencia pacífica (como el chiste de aquel que va al dentista), hasta medidas más o menos beligerantes: diálogo constructivo, embargos o ataques en los foros internacionales. O se les defiende, pidiendo
una investigación antes de condenar los hechos. O se les ataca, sí. Pero ese ataque se puede plasmar también en diferentes formas, sólo en las cruzadas se lanza un gobierno con armas y bagajes para desturbantar a los dictadores enturbantados. En otro caso, caben muchas posturas también. Se puede dar palmaditas en la espalda, diciendo "Muy bien, machotes, tirad palante y luego si hay muertes de civiles no preocuparse, que aquí estaremos nosotros diciendo que se trataban de escudos humanos", o se puede uno quedar quieto a verlas venir silbando porque tiene una crisis económica que ha forzado a medidas excepcionales como rebajar el sueldo a los funcionarios, reducir las pensiones y pedir tremendas cantidades de dinero en los mercados internacionales, o se puede enviar a un tabor de regulares a todo trapo cantando "Soy el novio de la muerte" (vale, esos son los de la legión, pero algún regular lo cantará también, ¿no?"). Esto es muy egoísta, sí. Pero los países no son egoístas o dejan de serlo. Actúan según sus intereses, los del país. ¿Está en el interés del país bombardear a Gadaffi? No más que derrocar a otros dictadores, liberar a otros pueblos o resolver otros problemas económicos más cercanos. Por no mencionar el hecho de que la opinión pública, esa que es soberana, le es bastante indiferente.
Los matices son importantes, y mientras la postura es binaria (me meto o no me meto), el grado en el que uno se mete también lo es. Se puede apoyar la resolución de la ONU, se puede hacer un llamamiento para derrocar a un dictador, se puede apoyar con ayuda humanitaria a los refugiados, incluso te puedes poner un twibbon por la libertad en Libia. Pero tanto ardor guerrero, sinceramente, huele a chamusquina. Igual que nos
vamos de Kosovo mientras que casi todos los demás están ahí, la situación internacional admite muchas más posturas que
el apoyo incondicional con cuatro F-18, aviones cisterna, submarino y fragata.
Porque como todas las medidas que toma el gobierno, siempre se trata de la mejor de las decisiones en el mejor de los mundos posibles. No es posible mandar un barco hospital, ni simplemente dejar las bases para que por lo menos el pueblo libio (que es el que está donde caen las bombas, no Gadaffi personalmente) no vea a España como agresor. No, tienen que ser 4 F-18 y una
fragata no de las que dan magdalenas, sino de las que dan hostias, con lo que la ficción de la ayuda humanitaria no va a colar por ningún sitio.
En fin, que mi posición es más o menos la de arriba, lo que es evidentemente complicado de resumir en un slogan. Y me he quedado corto, así que imagino que me queda tema para otro post
Etiquetas: (si|no) a la guerra, tonto vuelve de ella, a mi la legión, lo que cuesta una silla en el G-20