2011-04-22 11:38
Esta novela, a pesar de su título, es una novela distópica de desamor, ciencia ficción pura con todos los ingredientes de una novela de
Chabon o
Gibson.
Los capítulos de esta novela alternan el diaro de Lenny Abramov, comercial de tratamientos de inmortalidad (sí, inmortalidad, pero todavía en beta) y los mensajes recibidos y enviados desde la cuenta de GlobalTeens (una especie de
Facebook) por Eunice Park. Como resulta obvio por el título, la historia de amor super triste y verdadera es la de estos dos personajes; empieza en Roma, a donde Lenny había ido a vender eternidades y Eunice a gastarse grandes cantidades.
Porque Eunice es una chica de ascendencia coreana caprichosa, superficial y con pocas preocupaciones y aspiraciones en la vida; según le comenta una amiga a Lenny "han abusado de ella y la han malcriado, la peor combinación". Lenny está llegando a los cuarenta y busca al amor de su vida.
Parece poco cienciaficcional, pero es que se desarrolla unos cuantos años hacia el futuro, momento en el que los Estados Unidos, gobernados por el Partido Bipartito y en manos de la Autoridad para la Recontrucción nacional depende económicamente de China, y sólo se dedica a vender (Retail), medios (Media) o la banca (Credit), con dos grandes conglomerados que los agrupan a todos. Y los medios están dominados por gente que, desde sus äppärätti (palabra, al parecer, finlandesa), transmiten durante todo el día sus opiniones, lo que hacen, lo que ven... estos mismos äppärätti identifican a la persona y revelan todo tipo de datos sobre ella, desde su historia hasta su clasificación crediticia. Por supuesto, también sirven para acceder a GlobalTeens, algo que aparentemente ha sustituido a la Internet como tal. Se usa "teen" como ahora se usa "googlear" o "enviar un email".
La descripción de este mundo es rica y compleja, no se deja ningún resquicio y además lo introduce de forma natural en la narrativa, a través del diario de Lenny o las conversaciones de Eunice. Que también ofrecen todo un contraste: Eunice es totalmente opaca para Lenny, sin embargo nosotros sabemos en cada momento qué es lo que ocurre; como en una película cuyo final conocemos, nuestra mente le está gritando a Lenny en cada momento "¡no vayas por ahí, no abras esa puerta, no digas eso!", pero la inevitabilidad del desenlace nos acaba hundiendo en el fatalismo, un sentimiento muy ruso.
Porque aparte de una novela de ci-fi, es una novela también puramente literaria; habla de la eternidad, de la belleza, y además hablando del futuro, critica el presente, un presenten en el que la Imagen se impone a la Palabra, en el que China actúa como el tío rico de todo el mundo, en que se aceptan las restricciones a la libertad como el precio que hay pagar por la seguridad, y la desaparición de la intimidad como el precio que hay que pagar para tener muchos amigos. Por todo eso,
ésta es posiblemente la mejor novela de las que he leído últimamente, posiblemente desde
Shades of Grey. Así que recomendación plena por mi parte.