2011-05-22 17:42
Islandia es un país inhóspito que fuerza a las personas a aferrarse a algo para no acabar pereciendo. Y las
novelas de
Arnaldur Indriðason son la guía Lonely Planet del alma del país, que recorre los diferentes páramos encontrando, en cada uno de ellos, un cadáver.
En este caso se trata de un cadáver disfrazado de Papá Noel. De cintura para arriba, nada de cintura para abajo. También de cintura para arriba, puñaladas con resultado de muerte. También de cintura para abajo, un preservativo que da una pista de lo que estaba haciendo antes de ser asesinado.
Arnaldur como en
otros libros, Indridason recorre tres paisajes en paralelo. Uno es la vida de Erlendur el policía, sus motivaciones para serlo que encajan con su historia pasada y su futuro en común con su hija Eva Lind y posiblemente alguna persona más, todo ello en un ambiente navideño. La segunda es la historia de un posible caso de maltrato infantil llevado por el siguiente miembro del equipo policial, la agente Elínborg. Y finalmente el asesinato de Gulli, que tuvo, cuando niño, una voz maravillosa.
Pero en todas las historias lo que se investiga y examina es la familia, las relaciones patológicas que surgen del clima o de las aspiraciones de un país que es, en realidad, del tamaño de un barrio de Madrid. Y el resultado es desolador, porque la solución del crimen no aporta sino desesperación y desconfianza en la condición humana.
Posiblemente es el libro más intenso emocionalmente y menos detectivesco de los cuatro que he leído. Ahora mismo no sabría decir si es el que más me ha gustado; vamos a esperar que deje el poso y entonces me decidiré. Pero sin duda es uno de los mejores que he leído este año.
Y como se desarrolla en un hotel, que posiblemente sea este en el que yo estuve, os dejo ahí la foto.
Etiquetas: islandia, novela negra, crímenes, historias