2011-07-03 19:41
Me habían recomendado repetidamente a
este autor, así que cuando me encontré con un ejemplar desgastado en
Crescent City Books, en Nueva Orleans, y ante la perspectiva de
un largo viaje decidí comprarlo.
Harlan Coben escribe novelas de crímenes, aunque no exactamente novelas negras. Me resulta difícil agruparlo con otros autores de misterio, y desde luego no tiene nada que ver con los europeos como Indridasson o Markaris. Es muy americano. En este libro, los personaje respiran barras y estrellas por los cuatro costados: su historia vital, sus reacciones, su forma de vida. La protagonista se podría meter en la categoría amplia de
madre en apuros; Grace, que así se llama, encuentra una foto entre las que le entregan en un sitio de revelado. Muestra dicha foto a su marido, y el marido desaparece; al poco descubre que ha sido secuestrado.
El McGuffin aquí no es saber quién hace qué. Seguimos a los malos y buenos y cualquier grado intermedio desde el principio, en un narrado omnisciente no demasiado habitual. Pero lo que te pega al asiento y tus dedos a los rebordes (a veces literalmente, ya he dicho que es de segunda mano) es saber por qué lo hacen, quién tiene la culpa de qué y quién se está vengando de quién y por qué. La culpa es el tema principal del libro, y en eso también es muy americano. Los americanos siempre tratan de culpar a otros de lo que les sucede, pero aquí lo esencial de la trama es quién es el culpable último de lo que está sucediendo y quién es inocente. Para, por supuesto, expiar las culpas. La historia evoluciona en una de redención, pero deja claro que el pasado nunca se queda ahí: siempre vuelve para cobrar lo que le deben.
El libro no carece de calidad literaria, pero no deja de ser un libro escapista. En todo caso, siendo el primero que leo del autor, me parece muy recomendable.