2011-09-11 14:06
... con una gran escultura multicolor de la Virgen y el niño en un cruce. Pero no es para el visitante, porque hay decenas de corazones de Jesuses y Marías en todos los cruces. Será para ayudar a los conductores de los combis, o a los pasajeros, a soportar esos virajes, esos acelerones, los enfisemas traídos por la contaminación o el eventual cáncer de pulmón sobrevenido.
Aunque la ciudad no parece enferma, es una ciudad vital, con carteles de
Obra Acabada o
Obra suprimida por todos sitios, haciendo patente que existe un gobierno municipal y funciona, ahora que es cuando está empezando a exigir impuestos por parte de los nueve millones de limeños. Cuya falta de funcionamiento, al menos en materia de movilidad, explica la existencia de los combis, o autobuses privados: no hay metro y aunque hay algunas líneas de autobús metropolitanas, tampoco llegan a todos lados. Tales combis son muestra de la vitalidad, y también los múltiples carteles de "Se busca camarero" o "vendedor" en bares o puestos donde ya hay algunos más de los que serían habituales en el sitio equivalente en España.
En el
Haití Miraflores, por ejemplo, donde nos tomamos unas Cusqueñas y unos piqueos, los camareros con chaquetilla verde te reciben de forma eficiente y te sirven, equilibrando el servicio sobre las bandejas, con la misma rapidez. Y te atan el bolso al sillón con una correa dispuesta allí al efecto. No tienes que andar buscándole la vista, ni alzando la mano. Y es por la cantidad de camareros, y jefes de camareros, existentes. Pero aún así, necesitan más. Por cierto, que las omnipresentes teles anunciaban la emisión, mañana, del Málaga-Granada. A horas inconvenientes, eso sí.
Mañana, a
el Centro Cultural de España en Lima, a empezar el bolo. Pero hoy, Lima.