2011-09-19 19:19
Los viajes constituyen buenas ocasiones para leer que rara vez se aprovechan, a veces por la propia pereza que te genera el tener que centrar tu atención en algo y otras veces porque simplemente no tienes tiempo. Pero empecé a leer
este libro nada más comprarlo en
la librería SBS sita en Larcomar, Lima y me enganchó su sarcasmo, su lenguaje, y sobre todo que combinara la investigación de un crimen con la introspección histórica. Por otro lado, me venía recomendado por
Juan Arellano (que también lo comentó en su blog), así que tenía todos los mimbres para que me absorbiera y me evitara el tedio de un viaje transatlántico.
La historia comienza con el informe fiscal sobre lo que puede ser un crimen: una persona horriblemente quemada aparece en un pajar cerca de
Ayacucho, que fue centro de la violencia durante la guerra contra Sendero Luminoso. El fiscal Chacaltana, un petimetre inocentón, se propone aplicar estrictamente los procedimientos para investigarlo. Se encuentra con todo tipo de inconvenientes por parte de la policía, que cierra el caso prematuramente, e incluso el ejército, el verdadero poder de la zona. Y a partir de ahí comienza el verdadero descenso a los infiernos de Chacaltana, que va encontrando su lugar en el engranaje del país, en la red social local, y finalmente su posición como demonio de ese infierno que fue Perú durante la época senderista.
El autor combina de forma magistral la trama con los ciclos de fiestas católicos, a su vez trasunto de celebraciones paganas anteriores a los españoles, y combina la imaginería de la novela con las diferentes etapas de la historia de Perú, como los huacas peruanos que combinan en su estructura las huellas de las diferentes civilizaciones peruanas.
En resumen, es una novela que te agarra, te pega varias patadas donde más duele, pero que finalmente te enseña lo que quizás nunca quisiste saber, como le sucede al propio protagonista. Para mi, de lo mejorcito que he leído últimamente, aunque descuide en algún momento la motivación de los personajes. No en vano recibió el premio Alfaguara de novela en 2006.
Etiquetas: perú, huamanga, sendero luminoso