2012-03-22 07:45
En
este cómic Azzarello retoma el origen del personaje de Batman, lo recrea en otro niño que ve a sus padres morir, lo que sirve de excusa para que se recorra la ciudad dando unos cuantos mamporros, preguntando a señoras estupendas, revisitando a viejos enemigos y encontrándose a algunos nuevos, bastante bobos, por cierto.
Azzarello es de esas estrellas rutilantes que se pasean por el universo del cómic, hacen
una genialidad y se les da la oportunidad de que vuelvan a hacerla revisitando o tratando de revivir viejos personajes, como este. Los resultados son diversos. En este caso la proyección de Batman como detective del género negro está conseguida, pero tampoco es el colmo de la originalidad. El dibujo de Risso, muy frankmilleriano, acompaña y está bastante bien, pero no lo supera, claro.
Lo que queda al final son un par de giros inesperados que le hacen que tenga su gracia. Pero poco más. Así que está bien si eres un incondicional del personaje como
Fergu que me lo prestó, pero si no lo eres, como yo, te deja un poco frío.