2012-04-07 18:50
Parafraseando a
Randy Hickey, hacer ciencia con dinero es mejor que hacerla sin dinero, porque con dinero se pueden hacer cosas que sin dinero no son posibles. Pero conviene recordar que en la descripción de tareas de un profesor universitario está tanto la docencia como la investigación (sí, y la administración, divulgación... esa es otra historia), por lo que debe intentar, en la medida de lo posible, dedicar horas a investigar con los medios a su alcance.
Que, en realidad, incluso a
coste cero, son muchos y se encuentran en la Internet. La ciencia es como Facebook antes de Facebook: una gran hermandad internacional donde conoces a mucha gente, gente que trabaja en tu mismo campo y que posiblemente tiene acceso a financiación (quizás porque tiene también a gente en su universidad que se dedica exclusivamente a eso o porque se financia con contratos con empresas... pero eso también es otra historia). La ciencia es generosa, y si hay un programa de colaboración serio (sin descartar unas lagrimicas) te dará acceso a sus datos de secuenciación de ADN, su grid o su buque oceanográfico. De hecho, hay muchísimos datos que ya están disponibles en Internet; dentro del campo de la biocomputación hay
datos biológicos, secuencias, estructuras y millones de herramientas para trabajar con ellas, en la web, gratis y además libres.
Pero volvamos a los amigos. No hace falta viajar a los congresos para publicar un trabajo, hace falta que
alguien lo haga. Tu amigo, precisamente, que no se pierde un congreso de esa serie y que gustosamente añadirá su nombre a los firmantes del artículo, incluso haciendo algo, y lo presentará con la mejor de sus sonrisas. Si algún medio que cobra por publicar, como
PLOS one, nada mejor que buscarse a un socio capitalista, o mejor todavía, a alguien de una universidad que tenga precios especiales en tales medios.
Por supuesto que esos amigos no tienen por qué estar dentro del mundo académico. Si necesitáis algún riff particular en vuestra canción informática, habrá personas que, voluntariamente, quieran echarte una mano programando o revisando código; de la misma forma imagino que habrá amiguetes silvestres que te ayuden a hacer un trabajo de campo. La necesidad agudiza el ingenio, y nada une más que tener un trabajo junto publicado en Nature. Y siendo que no tienes financiación, te ahorras esas dos líneas que dedicas a los proyectos que te financian y lo puedes dedicar a cosas más útiles como decir por dónde vas a continuar en el futuro con esa línea para que no te lo pisen otros con más pasta.