2012-06-30 21:00
Me encantan los libros que tienen títulos honestos. Por ejemplo,
"El libro que no puede esperar", cuya tinta desaparece.
Jerusalén.
Pero "La vida es buena si no te rindes" puede servir para un libro de autoayuda, pero no dice nada sobre un cómic. ¿Una persona que lucha contra una larga y desgarradora alopecia? ¿El gatito que, contra toda costumbre y superando las dificultades, se convierte en lolcat? ¿Macramé?
No, nada de eso. Pero nada de lo otro, tampoco. El propio Seth, que se representa a si mismo como una especie de profesor Tornasol y que vive en un mundo llamado Canadá donde todos tienen ojos o entrecerrados o simplemente monodimensionales, se obsesiona con un dibujante de tiras cómicas absolutamente conocido y no hace más que darle la brasa a su amigo emo, a su novia, y a todo el que se le pone a tiro. Va y viene, se entretiene, y poco más. Desde luego, no se rinde, pero tanto como buena vida... ni se mete entre pecho y espalda comilonas como las del
Gourmet solitario ni parece que le importe demasiado que su (ex) novia pase de él.
En cuanto al dibujo, sigue el estilo de
Wimbledon Green, pero con más volúmenes y torres. Sobre todo torres. Le encantan las torres. Es agradable, tradicional, pero la trama acaba aburriendo. Así que si te gustaría saber del autor, mejor empiezas por el susodicho, en vez de este.