2012-12-23 12:45
Harry Hole, un policía noruego, tras meterse en un follón, es apartado de la investigación criminal y destinado a misiones de inteligencia donde tiene que revisar expedientes relacionados con los neonazis. Allí se encuentra con un informe sobre disparos en una zona un tanto unusual, que resultan ser de un
rifle Marklin (que al parecer existe, aunque no aparezca en la Wikipedia), un cañón que no puede ser destinado más que a cargarse a alguien.
De hecho, sabemos desde el principio que alguien tiene ese rifle y que efectivamente va a usarlo y no para cazar pollos (posiblemente no quedara nada del pollo (¿alguien caza pollos?)). Lo que no tenemos muy claro es quien es, porque simultáneamente van contándonos las historias de voluntarios
noruegos en las Waffen SS cuyas identidades disfrazan hábilmente con motes y seudónimos. Así que la tensión afecta a dos hilos diferentes: quién es el que tiene el rifle, a quién quiere cargarse y por qué, y si el señor Hole va a ser capaz de encontrarlo antes de que lo haga. A eso se añade un tercer hilo: el poseedor del rifle está muy malito y es posible que la diñe antes de conseguir que otro lo haga. E incluso un cuarto: Harry está enamorado de una compañera de trabajo. Y además, todo está relacionado. Es muy zen.
La verdad es que hasta que entras más o menos en el segundo tercio es aburrido. Se atranca hasta el punto de que empecé y acabé, otros libros. Pero a partir de la mitad empieza a rodar y coger ritmo y el final está bastante bien traido.
En la tradición de
Indridason, Nesbo engancha con los fantasmas del pasado de Noruega para contar una historia de crímenes a la vez que nos muestra un personaje atormentado, Harry Hole, desde diferentes puntos de vista. En resumen, entretenido y una gran adición a la panoplia de escritores de novela negra nórdica. Creo que me queda por leer alguno finlandés. O estoni.