2013-05-10 20:38
El libro comienza con Mario Conde, el comisario al que conocemos de
Pasado Perfecto y
Vientos de Cuaresma, historias de crímenes habaneros protagonizadas por un comisario treintañero, solitario, melancólico amigo del Flaco que ya no es flaco y que ya no puede andar, pero todo un policía que, en este caso, trata de encontrar qué ha sucedido con Alexis, que apareció vestido de mujer en el bosque de la Habana un 6 de agosto, día de la Transfiguración.
Y trata de averiguarlo a través de sus amigos, su familia, la chacha que lleva con la familia desde antes de la revolución, en una historia que tiene a la tragedia griega como leitmotiv y la denuncia del tratamiento de los homosexuales en su país en los 70 y 80 como principal tema, historia que conocemos a través del Marqués, un amigo de Alexis y, desde mi punto de vista, uno de los personajes más interesantes que ha dado este ciclo de novelas. El tema de las máscaras, que da título al libro, se repite también a lo largo de la novela, cómo se construye una máscara y como la máscara sustituye a la propia cara, y cómo la cara, a veces, se convierte en máscara de forma que una persona tiene una cara del oficio que ejerce. De guagüero, por ejemplo.
En resumen: muy aconsejable. Para mi, el mejor libro de la serie éste que corresponde al verano, igual que los dos anteriores correspondían al otoño y a la primavera. Y agradezco a quien me lo regaló, que pudo ser
PJorge,
fernand0 o
RVR.