2013-07-21 17:31
Empecemos por el principio. A ver, ¿por qué no se traduce
Blankets? ¿Es que la palabra
mantas no es lo suficientemente buena para el editor? Mantas, en román paladino, tiene las mismas acepciones que en inglés, bueno, casi, manta de la cama, manto (OK, en masculino, pero también se entiende si se dice manta) de nieve, cubramos con una tupida, ejem, manta.
Pero seguimos con el tema. Me gustó mucho
Habibi, del mismo autor. Un cacho de invención gráfica y literaria. La estructura, el uso de la caligrafía, los niveles de significado.
A todo eso apunta esta novela gráfica, que es bastante anterior y que ya supuso un gran éxito. Pero es una novela realista, que no muestra escenas fantásticas más que en la imaginación del narrador, un trasunto del propio autor, un Craig que se cría en un ambiente cristiano y al que le gusta dibujar y que tiene una relación especial con su hermano, al que lo une una manta, porque pasan gran parte de su infancia compartiendo cama. A esta relación se dedica la primera parte del libro, hasta que Craig crece y conoce a Raina, y en esa especial relación también tienen su importancia las mantas, aunque una, en realidad, es una colcha, vamos. Igual tenía que haberse titulado Colchas. O edredones, porque se dedican con intensidad al
edredoning, con sus remordimientos y citas bíblicas y todo lo que quieras, pero edredoning al fin y al cabo.
Al final, el mensaje es que lo efímero del manto nevado representa el poco recorrido de las relaciones, intensas o no, que suceden bajo mantas Paduana, noches de confort. Son intensas, pero su eternidad sólo dura hasta que se va la manta. Con esto digo que Craig transmite eficazmente el mensaje y tiene una voz que se transmite muy bien al grafismo, pero que no lografía su plenitud, para mi, hasta el siguiente, Habibi.
Pero, aparte de capas de significado que se arrebujan como mantas en el cómic, el hilo narrativo está un poco deslavazado, muchas situaciones no se resuelven y es una sucesión de anécdotas que no acaba de concluir en nada. En resumen, y no sé si he dicho esto ya, que te leas primero o sólo Habibi. Con todo y con eso, se lo agradezco a
Fergu que me lo prestó.