2013-07-30 19:37
Harlan Coben es un autor que engancha, por eso si uno pilla una novela de baratillo se la compra, como yo hice con esta en el aeropuerto de Málaga. La fórmula es contundente: novelas de crímenes con personas más o menos normales (aunque a veces tienen amigos con habilidades curiosas) que se ven envueltos en un crimen, a veces cometido sobre ellos mismos, lo que les da motivación suficiente para tratar de averiguar qué pasó. La policía no suele hacer gran cosa salvo estorbar y finalmente la solución tiene poco que ver con lo que uno se barruntaba, si es que se barruntaba algo, hasta ese momento.
Em este caso un doctor se despierta en el hospital y se encuentra con que le han disparado, ha estado en coma varios días, su esposa ha muerto y su hija ha desaparecido. Al cabo de cierto tiempo, su suegro, un tío con pasta, recibe una petición de rescate. Le dicen que si llama a la policía o si ven algo raro no habrá una segunda oportunidad, lo que le da título al libro.
Todo eso tiene buena pinta, pero la verdad es que el libro no acaba de despegar hasta más o menos la mitad. Al principio no hay pistas y el autor cuenta más cómo evoluciona el protagonista, como aparecen otros personajes que pueden ser relevantes o no y como los policías dan palos de ciego tratando de descubrir al asesino y a la niña desaparecida y posiblemente muerta. Por el camino conocemos a un par de sociópatas entrañables, Heshy y Lydia, con bastante importancia en la trama por razones que no puedo desvelar sin espoilers, y otros secundarios más o menos conseguidos. A partir de la segunda mitad el libro despega y empiezan de verdad a pasar cosas, pero no puedo evitar decir que de los
otros libros que he leído este no es el mejor, pareciéndose más a
Just one look que a Promise me. Pero en todo caso, una lectura interesante y entretenida.