2013-08-12 23:10
Según se acerca el fin del período de vacaciones la tribu entra en una fase de actividad frenética que incluye:
- Tratar de trasegarse todo lo que se ha acumulado por alacenas y frigorífico y que no va a caber de ninguna manera en el coche (aunque sobre esto conviene leer lo que escribí el año pasado.
- Este objetivo es contradictorio con la realización de la conocida operación bikini de vuelta. Que el moreno no adelgaza, y lo que uno se mete entre pecho y espalda al subir de la playa tampoco.
- Tratar de hacer todo lo que uno tenía intención de hacer cuando vino el primer día y que en realidad no ha hecho: quedar con ese amigo, visitar ese chiringuito, hacer esa visita turística, esas compras de ofertones que provocan un deseo irreflenable, lo cual, también, va en contraposición con el primer objetivo
- Aprovechar hasta el último momento de playa y piscina que, luego, a la vuelta, va a echar de menos. Objetivo también contradictorio con el anterior
- Acabar de leerse el libro que había querido leerse. Lo que al menos es compatible con el anterior, pero incompatible con prácticamente todos los demás
Tal cúmulo de contradicciones, en realidad, tiene un efecto positivo. Al ser imposible cumplirlos todos simultáneamente, se eleva el nivel de estrés de tal forma que se hace deseable, incluso imprescindible, la vuelta de las vacaciones, evitando el choque provocado por la misma.
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